JOSÉ UREÑA/ TELEFONO ROJO
A ojos de los altos
funcionarios, la verdad está clara:
-Luis Videgaray no quiere
sombras en la conducción de la política internacional, y menos con Estados
Unidos.
Con su gran poder, con su
cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto, el secretario de Relaciones
Exteriores hace cuanto puede en ese sentido.
Va la historia:
Por instrucción
constitucional, el Senado es el vigilante legal de las acciones del Gobierno
mexicano con el mundo.
En aras de ese objetivo, se
supone, tiene comisiones especiales como la encargada de supervisar las
relaciones con el norte del continente, donde se encuentran Estados Unidos y
Canadá.
Oficialmente es la Comisión
de Relaciones Exteriores, América del Norte, y la preside la senadora
regiomontana Marcela Guerra.
Con base en las facultades
legales, ella ha recorrido distintos medios de comunicación para enjuiciar la
encrucijada Estados Unidos-México y con un reclamo lógico a la luz del
ordenamiento de la Constitución:
-Queremos estar al cuarto de
al lado en el trato –o no trato, agregamos nosotros- con el gobierno de Donald
Trump.
Gabriela Cuevas Vs. Marcela
Guerra
Pero no hay buenas noticias.
De entrada, la presidenta de
la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, la panista
Gabriela Cuevas, quiere ser protagonista en esta aciaga circunstancia.
Y tiene un gran apoyo.
Se llama Luis Videgaray, el
gurú del gobierno de Enrique Peña Nieto, ex secretario de Hacienda y actual
canciller.
¿Por qué?
Vaya un dato:
El señor Videgaray acudió a
su cita a la Casa Blanca junto con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía,
para ser maltratado por los responsables del protocolo del gabinete de Donald
Trump.
Pero el canciller tuvo dos
invitados conspicuos:
-La panista Gabriela Cuevas,
presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República.
Y –Juan Gerardo Flores,
militante del PVEM, pero también miembro de la Comisión de Relaciones
Exteriores del Senado.
¿Por qué ellos?
Bueno, aquí va el final de
la nota:
Hoy se obstaculiza política
y presupuestariamente el viaje de la representación senatorial y de diputados
para el próximo fin de semana a fin de dizque apoyar a los migrantes en riesgo
de expulsión de Donald Trump.
Si eso pasa en los altos
niveles, cabe preguntar: ¿cómo esperar el aterrizaje del apoyo a los migrantes?
Imposible, ¿verdad?
La sociedad rechaza a los
políticos
1. Aquí lo anunciamos la
semana pasada: los organizadores de las marchas dominicales buscaban evitar la
contaminación con políticos de todo signo.
Sus exhortos lo lograron: no
acudieron ni miembros del gabinete federal –y en los estados de los gobiernos
locales- ni representantes de los partidos políticos.
El único asistente de alta
posición fue Enrique Graue, rector de la UNAM, quien sustentó su presencia con
un respaldo del Consejo Universitario y el pluralismo de esa casa de estudio.
Eso evitó conflictos y dio a
las marchas un sentido social a los reclamos, entre los cuales se encuentran
mayor fortaleza del gobierno mexicano ante Donald Trump.
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