CARLOS RAMÍREZ/ INDICADOR POLÍTICO
La decisión del presidente Donald Trump de revisar a
fondo el tratado de comercio libre México-EE.UU.-Canadá regresará el modelo
económico a mediados de 1989, antes de la caída del Muro de Berlín y del
Consenso de Washington que impuso la globalización de los mercados. Pero
liquidará el modelo económico neoliberal que instauró en el país Carlos Salinas
de Gortari en el periodo 1980-1994.
México tiene posibilidades para explorar los mercados
nacionales, pero Salinas destruyó la base histórica, ideológica, política y
productiva del México anterior al tratado y por eso México debe hacer un mayor
esfuerzo para reconstruir un modelo nacional de desarrollo con alta
competitividad internacional.
El fin del TCL es el final histórico del modelo
salinista: mercado y no Estado, ideología de “liberalismo social”, cesión
histórica a los EE.UU., clase dirigente forjada en la economía neoliberal de
mercado y destrucción del modelo económico regido por el Estado.
Los primeros bosquejos de una política de emergencia
establecidos por el presidente Peña Nieto no resolverán el problema del fin del
tratado. La propuesta de consumir lo “hecho en México” no pivotea la economía
nacional. La nueva política de desarrollo requiere, antes que otra cosa, de una
redefinición del papel activo del Estado en la rectoría del desarrollo; la
derrota del Estado rector representó la gran victoria conceptual --cultural, en
tanto que aquel Estado fue parte de la cultura política de la élite
posrevolucionaria-- del neoliberalismo salinista: el Estado está muerto, el
verdadero fin --en el enfoque de Fukuyama-- de la historia mexicana.
Lo malo es que el Estado paternalista --no rector-- que
quedó del Estado socioeconómico no alcanza para redefinir el modelo de
desarrollo. Los organismos públicos posibles para reorganizar el modelo de
desarrollo están en manos de la casta neoliberal salinista, muchos inclusive
que operaron el remate de las empresas públicas que prohijaron a los más ricos
de hoy, comenzando con el Carlos Slim Helú que es hijo salinista de la cesión
de Teléfonos de México como eje de un imperio multimillonario.
El recuerdo ayer 5 de febrero del centenario de la
Constitución olvidó --en realidad: abjuró-- lo que mandata el artículo 25:
“corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que
éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su
régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del
crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la
riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los
individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta
Constitución”.
Las palabras claves implican una obligación que el Estado
actual --desde Salinas-- ha incumplido: rectoría, desarrollo, soberanía,
competitividad, empleo, ingreso, dignidad. El tratado de comercio libre de
Salinas fue una cesión de obligaciones constitucionales del Estado en aras de
la adoración ideológica del mercado, pero con resultados contrarios a los constitucionales:
PIB de 2.2% promedio anual, 5% de ricos con el 40% del ingreso, desempleo y
subempleo del 50%, aproximadamente 10 millones de migrantes ilegales a los
EE.UU. en los veintidós años de tratado.
Si deveras se quiere una solución, entonces habrá que
enterrar definitivamente el modelo neoliberal de desarrollo de Carlos Salinas
de Gortari, relevar a todos los salinistas neoliberales en el sector económico
público y redefinir un proyecto nacional de desarrollo bajo la rectoría del
Estado.
Si no, Trump nos seguirá pisoteando.
Política para dummies: La política es el poder de la
memoria para evitar los engaños y las desilusiones.
Sólo para sus ojos:
Optimismo en Los Pinos porque el activismo presidencial
contra Trump y las reuniones para reactivar la economía nación al subieron la
aprobación de Peña Nieto. Y ayudará más la posposición del gasolinazo si se
mantiene cuando menos dos meses más.
La expectativa en los EE.UU. y en el mundo radica en que
Trump cumpla sus primeros cien días en mayo y disminuya sus decisiones
ejecutivas. Lo malo es que se seguirá peleando con todos. Antier la emprendió
en una reunión de religión contra Arnold Schwarzenegger y el New York Post
tituló su nota principal como “The Prezinator”.
En Coahuila el PAN arranca en empate técnico con el
candidato del PRI, lo que indica que los tricolores salen con desventaja. El
peso de los escándalos de los hermanos Moreira se va a pagar negativamente en
las urnas. Pero el PRI nacional carece de fuerza para meter orden en la plaza y
parece que preferirán perderla.
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