En
nuestra sociedad es común que una pareja procree hijos, pues es uno de
los fines de un matrimonio, sin embargo, el deseo de tener hijos no es algo que
todo integrante de una pareja desee, existen mujeres que sufren de un miedo
irracional al embarazo y al parto, lo cual provoca un profundo estado de
ansiedad y nerviosismo. A continuación un miembro del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos nos
comparte una experiencia sobre:
TOCOFOBIA
Desde la adolescencia no quería
tener un novio o una pareja por miedo al contacto físico como lo eran un beso o
un abrazo, pensaba que eso desembocaría en algo que no quería para mi vida: Hijos;
mis ideas moralistas de sentirme “pecadora” o que podía deshonrar a mi familia,
me impedía que pudiera hacer cosas normales como salir con amigas y amigos,
integrarme a las actividades de la escuela, salir a la calle sin miedos o sin
esa sensación de que todos me observaban.
En mi juventud me trasladé a otra
ciudad y conocí a quien ahora es mi pareja, los primeros años los hice un
infierno para él y para mí, a pesar de que vivíamos juntos, no estaba dispuesta
a darle una muestra de cariño o que durmiéramos juntos; estuvimos a punto de
separarnos, ya que no había una relación “normal” de pareja, tanto en lo
sentimental como en lo sexual. Mi tiempo lo ocupaba en hacer cosas del trabajo
solamente, la paciencia de mi esposo estaba por terminarse, ninguno de los dos
sabía por qué estábamos viviendo de esa manera tan disfuncional. El extremo de
este miedo a vivir en pareja, de no poder hacer lo que un matrimonio normal
hace, me llevó a un estado de mucha depresión que incluso me llevo a intentar
suicidarme.
Mis familiares, mi pareja y mis
amigos no sabían cómo ayudarme, estaban desesperados, fue cuando una amiga me
habló del Movimiento Buena Voluntad 24
Horas de Neuróticos Anónimos, me dijo que ahí podían ayudarme con mi estado
de ánimo tan devastado, comencé con muchas dudas y miedo a asistir a la terapia, sin embargo fui sintiendo una
confianza que nunca antes había sentido. Mucho tiempo creí que era la única
persona que sentía y hacía estas cosas,
pero escuchando las experiencias vividas y sobre todo superadas de ellos
encontré respuesta a lo que tanto tiempo me impidió vivir una vida normal.
Poco a poco fui sintiendo mucha
tranquilidad, las malas actitudes hacia mi pareja fueron disminuyendo,
realmente comenzamos a tener un matrimonio en forma, y al poco tiempo tuvimos
una gran sorpresa, estaba embarazada. Sentí alegría y miedo al mismo tiempo, en
un primer instante pensé que tal vez no era capaz de cuidar a mi bebé, pero se disipó un poco
al ver que mi esposo estaba muy contento de ser papá.
Algunos miedos querían volver ante
este nuevo acontecimiento, pero la gran diferencia es que yo ya no estaba sola
viviendo esta experiencia, el apoyo emocional que me seguía brindando el grupo
me ayudó a enfrentar lo que creía me sería
imposible: Dar a luz.
Por dificultades en la gestación
tuve que estar hospitalizada un tiempo, los temores a que algo saliera
realmente mal eran constantes, pero tuve la fortaleza de enfrentar eso y mucho
más. Cuando se acercaba el parto tenía
mucho miedo al dolor físico y de tal vez morirnos mi bebé y yo, pero todo fue
muy distinto, tanto yo como mi hija estamos sanas. Hoy puedo disfrutar la vida
en familia que siempre deseé, pero de no haber buscado ayuda a tiempo en el Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de
Neuróticos Anónimos, no habría sido posible por la forma tan problemática
en que llevaba mi diario vivir.
Anónimo.
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