DETRÁS DE LA NOTICIAAlfredo Martínez de Aguilar
(A la memoria de Alberto
Magaña Castelán, entrañable amigo. A su esposa María de los Ángeles y a sus
hijos Jorge, Adrián y Valentina, así como a sus hermanos, familiares y amigos)
Al igual que seguramente
millones de mexicanos, muchas veces nos hemos preguntado qué tenían o de qué
estaban hechos ilustres compatriotas de pasadas generaciones que contribuyeron
con su visión y sensibilidad a construir el México de hoy.
Sin ser simplista, la
respuesta es simple y sencilla. Al margen de sus miserias humanas tenían hambre
de eternidad, de meterle el pie a la historia, de trascender a su tiempo y
espacio. En consecuencia, se esforzaban por detonar su inteligencia.
Para alcanzar esta ambiciosa
meta, con humildad y sencillez, buscaban incesantemente prepararse las más de
las veces de manera autodidacta al no tener oportunidad de hacerlo de manera
escolarizada, para lo cual devoraban libros y más libros.
Sistematizaron su
aprendizaje abrevando, sobre todo, de la sabiduría de los filósofos griegos y
latinos clásicos. Mantenían, además, una permanente actitud abierta y receptiva
a los cambios económicos, políticos y sociales en el mundo, para aprender de
los demás.
Es el caso de Plutarco Elías
Calles, padre fundador del Partido Nacional Revolucionario, en 1929, que permitió
institucionalizar la Revolución Mexicana en el gobierno de México. Para
conseguirlo, viajó a Europa y conoció de cerca sus nacientes movimientos
políticos.
Después de conocer la
organización del nacionalsocialismo alemán y el comunismo ruso, se convenció
que la estructura corporativa del fascismo italiano podía replicarse con mayor
éxito en México y así surgió el esquema de los sectores corporativos en el PNR.
Ésa estructura, creció y se
desarrolló, a partir de 1938, con la creación del Partido de la Revolución
Mexicana por Lázaro Cárdenas, y se consolidó con la creación del Partido
Revolucionario Institucional en 1946 al abrir paso al poder a civiles con
educación universitaria.
De 1946 hasta 1968, el mayor
mérito del PRI hegemónico, fue superar las tentaciones hacia los autoritarismos
de izquierda y de derecha que aparecieron en el contexto de la Segunda Guerra
Mundial y, posteriormente, de la Guerra Fría entre Estados Unidos, la URSS y
China.
Otro de los grandes aciertos
y aportaciones del gobierno del viejo PRI, fue reconocer en 1947 el voto de la
mujer en las elecciones municipales, y en 1953, el derecho de las mujeres de
votar y ser votadas en cualquier elección, hoy traducido en el respeto a la
paridad de género.
Tener presente estos
antecedentes históricos es indispensable para entender por qué en medio de una
de las mayores crisis de credibilidad y confianza del presidencialismo con
Enrique Peña Nieto, el PRI-gobierno echa mano de dinosaurios políticos como
José Murat.
Si algo caracterizó la sabiduría
del viejo sistema político mexicano fue ser eminentemente práctico y
pragmático, negociar y cooptar para arribar al poder, ampliar éste y mantenerse
en el mismo indefinidamente, atributo inherente al liderazgo político de José
Murat.
Desde diciembre del año
pasado, cuando en los corrillos políticos del PRI nacional y en los pasillos
del poder en Los Pinos y Palacio Nacional, empezaron a correr las primeras
versiones de su nombramiento como dirigente de la CNOP, era una jugada muy
cantada.
Sus opiniones son cada vez
más escuchadas por el presidente Enrique Peña Nieto y el dirigente nacional del
PRI, Enrique Ochoa, a quien acompañó a Nueva Jersey para reunirse con
migrantes, con agentes financieros, con la American Chamber y con la Red Global
MX.
Solo era cuestión de tiempo
para amarrar todos los cabos sueltos y que finalmente José Murat tuviera todos
los hilos en la mano para revivir y revitalizar al sector popular del Partido
Revolucionario Institucional en el que caben todos los grupos sociales emergentes.
Muy pronto el ex gobernador
de Oaxaca pondrá en práctica las estrategias del activismo y la movilidad
social, que tantas experiencias exitosas acarreó al PRI-gobierno para recuperar
su presencia y liderazgo, que se traduzca en rentabilidad político-electoral.
Ahí están esperando los
millones de colonos asentados en los cinturones de miseria de las ciudades de
todo tamaño, desde la megalópolis de la Ciudad de México hasta las ciudades
medias y pequeñas a lo largo y ancho del país, abandonados por los gobiernos.
Amplísimo sector de los
pobres entre los pobres, totalmente marginados, con múltiples y complejos
problemas de tenencia de la tierra, falta de servicios indispensables como agua
potable, drenaje, energía eléctrica, transporte y seguridad públicos.
Millones de comerciantes
establecidos de los mercados públicos, comerciantes fijos y semifijos, pero
también el creciente número de vendedores ambulantes, así como taxistas
establecidos y “piratas”, mototaxistas y transportistas en general esperan que
el PRI les apoye.
No hay que olvidar, desde
luego, a los millones de profesionales clasemedieros que aglutinan innumerables
organizaciones, que mucho han aportado a México y pueden seguir aportando con
sus positivas iniciativas ciudadanas, así como organismos empresariales de
diversa índole.
No obstante esta tarea
titánica de la que seguramente José Murat saldrá avante al abanderas las
demandas de los sectores populares, porque pocos como él conoce el tejido
social, explica su llegada a la Confederación Nacional de Organizaciones
Populares.
Al viejo Murat se le puede
acusar de todo, menos de estúpido. Ciertamente es controvertido y polémico,
verdadera ave de tempestades, con muchos adversarios y hasta enemigos
políticos, pero nadie puede regatearle su consumado activismo y genial
perversidad.
Ningún sector del
PRI-gobierno puede servir de plataforma para recuperar la confianza y
credibilidad en éste, mejorar la imagen del presidente Enrique Peña Nieto y
arrebatar millones de votos a la izquierda, particularmente, a Morena que el
activismo desde la CNOP.
Uno de los primeros grandes
logros de José Murat como nuevo dirigente del sector popular del PRI será,
seguramente, evitar que Manlio Fabio Beltrones Rivera abandone ese partido y
provoque una escisión, cuyas graves consecuencias llevarían a la derrota al PRI
en 2018.
Si alguien conoce hasta
detalles privados e íntimos de la vieja y nueva clase política en México es
precisamente José Murat, añejas relaciones y amistades, y hasta complicidades
que mucho ayudarán al PRI-gobierno a recuperar y evitar perder millones de
votos.
El ex gobernador de Oaxaca,
José Murat, sustituye en la dirigente nacional de la Confederación Nacional de
Organizaciones Populares a la senadora de la República y Presidenta de la
Comisión de Gobernación de la Cámara Alta, Cristina Díaz Salazar.
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