PABLO HIRIART/USO DE RAZÓN
En una
guerra la primera baja es la verdad.
Y lo que se
libra entre México y Estados Unidos es una suerte de guerra diplomática en la
que Donald Trump usa la información para ‘ablandar’ al gobierno de nuestro país
en la negociación del nuevo estatus de la relación entre ambos países.
Lo que
leímos ayer de Dolia Estévez-Aristegui es parte de un ataque informativo del
gobierno de Trump en contra del presidente de México.
Tienen que
restarle credibilidad a Peña Nieto para que llegue débil y desprestigiado a la
siguiente fase de negociaciones con Trump.
Hay que
desacreditarlo ante los mexicanos, que han mostrado de manera impresionante una
insospechada unidad nacional por encima de diferencias partidarias.
Por eso
agencias del gobierno estadounidense contaron una versión a AP de lo que habría
sido la conversación telefónica entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto.
Obviamente
si les contaron es porque se trata de una versión interesada, ¿o no?
La agencia
no cita fuentes, simplemente dice lo que le trascendieron. Está en lo suyo el
gobierno de Estados Unidos al usar a los medios: en la guerra informativa para
ganar la diplomática.
Paralelamente
a ello, las agencias estadounidenses usaron a la periodista mexicana Dolia
Estévez para difundir en México que Peña Nieto habría sido “humillado” por el
presidente de Estados Unidos.
Sin oír la
llamada, sólo lo que sus fuentes le dijeron, Estévez informó que “Peña
balbuceó” ante Trump.
¿Cómo lo
supo? Se lo contaron las fuentes anónimas del gobierno de Estados Unidos.
Por eso en
esta guerra hay que saber de qué lado se está.
En el caso
de Dolia Estévez y su difusora Carmen Aristegui, voluntaria o involuntariamente
se pusieron del lado de los intereses del gobierno de Trump.
Dice Dolia
Estévez que su información fue obtenida por fuentes de ambos lados de la
frontera. Por el lado mexicano sólo estuvieron presentes en esa plática
telefónica el presidente Peña y el canciller Videgaray.
Y de acuerdo
con el comunicado emitido ayer por Relaciones Exteriores, “ninguno de ellos
(Peña y Videgaray) recuerda conocerla (a Estévez) o haber hablado con usted
alguna vez”.
Si Dolia
Estévez efectivamente habló con Videgaray o Peña Nieto, debería decirlo, pero
no lo va a hacer porque evidentemente es mentira.
Es el juego
del gobierno de Trump, al que la periodista mexicana sirve.
Por increíble
que parezca, el odio a Peña Nieto de parte de minorías radicalizadas y sus
voceros les lleva a ponerse del lado de Trump.
Es guerra
informativa de parte del presidente de Estados Unidos en contra del nuestro. Y
utiliza la mentira para enlodar a sus contrincantes.
Lo hizo en
campaña, al decir que Obama no había nacido en Estados Unidos (por tanto era
“presidente ilegítimo”), las calumnias contra Hillary, o la difusión de una
falsa declaración del papa Francisco en que le daba su apoyo.
Si Estévez y
Aristegui dicen que su único afán es informar, les sugiero este párrafo de
Javier Ayusso, en su artículo ‘Internet y el populismo mataron la verdad’ (El
País 16-10-16):
“La
irrupción de Internet en el periodismo ha hecho un daño irreparable a una
profesión ya de por sí muy castigada por la crisis económica y las presiones de
los poderes públicos y económicos. La esencia para ser un buen periodista se
puede definir como buscar una noticia, contrastarla, valorar si es relevante y
convertirla en una historia bien contada. Aunque en esos cuatro pasos que
parecen sencillos es muy fácil faltar el respeto a la verdad, que es el
principio fundamental de un buen informador”.
Twitter:
@PabloHiriart
0 Comentarios