La gran mayoría de los asesinos de periodistas salen impunes por los asesinatos, según el Índice de Impunidad Global del CPJ para 2022. En casi el 80% de los 263 casos de periodistas asesinados en represalia por su trabajo a nivel mundial a lo largo de la última década, los perpetradores no han enfrentado ningún castigo.
Somalia continúa siendo el peor ofensor en el Índice por el octavo año seguido. Siria, Sudán del Sur, Afganistán e Iraq, respectivamente, completan los primeros cinco países en el Índice, cuyo plazo abarca del 1 de septiembre de 2012 al 31 de agosto de 2022. Cada uno de estos países se ha incluido en el Índice del CPJ varias veces, con su historia de conflicto, inestabilidad política y estado de derecho débil, lo cual subraya la naturaleza arraigada de la impunidad, y hace poco probable que las autoridades jamás podrán dedicar recursos a la búsqueda de justicia para los periodistas.
Birmania aparece en el Índice por primera vez en 2022 en la octava posición, marcando otro hito nefasto, tras incorporarse a las filas de los peores encarceladores de periodistas a nivel mundial, según la relación de periodistas presos del CPJ, publicada el 1 de diciembre de 2021. Desde el golpe de Estado que suspendió la democracia en febrero de 2021, la junta militar en Birmania ha encarcelado a docenas de periodistas, y utilizado leyes de gran alcance caracterizados como “anti-Estado” y “noticias falsas”, para sofocar el reportaje independiente. Además, ha asesinado a por lo menos tres periodistas, incluso dos – Aye Kyaw y Soe Naing – quienes tomaron fotografías de manifestaciones contra el régimen, y luego fueron detenidos y asesinados mientras estaban presos.
Pero aun en países menos volátiles con gobiernos democráticamente electos, las autoridades demuestran poca voluntad política para enjuiciar a los asesinos de periodistas, o para frenar la violencia contra los medios. Al contrario, líderes como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el presidente brasileño Jair Bolsonaro, regularmente lanzan ataques verbales contra los medios, mientras los periodistas enfrentan amenazas constantes debido a sus reportajes esenciales en materia de crimen, corrupción y asuntos ambientales.
México es uno de los casos más flagrantes. El CPJ ha documentado 28 asesinatos no resueltos de periodistas en dicho país durante los últimos 10 años – la cantidad más grande de cualquier país enumerado en el Índice, y el país más peligroso para periodistas del Hemisferio Occidental. Ocupa el sexto lugar en el Índice del CPJ, en parte porque las clasificaciones están basadas en el tamaño de la población del país en cuestión. Es más, la red compleja de violencia generalizada en México, a menudo dificulta afirmar con certeza si la muerte de un periodista se debe al trabajo que realiza, lo cual significa que muertes con motivos indeterminados no se incluyen en los cálculos sobre la ubicación de ese país en el Índice del CPJ.
Por lo menos 13 periodistas fueron asesinados en México durante los primeros nueve meses de 2022, el número más alto que el CPJ jamás ha documentado para dicho país en un solo año. Por lo menos tres de esos periodistas, fueron asesinados en represalia directa por su labor informando sobre el crimen y la corrupción política, y habían sido amenazados antes de sus muertes. El CPJ está investigando los motivos de los otros 10 asesinatos, para determinar si estaban relacionados a la labor periodística de las víctimas.
Las autoridades mexicanas,
anteriormente este año, hicieron ostentación del número alto de sospechosos
detenidos en los asesinatos de periodistas, y el vocero presidencial Jesús
Ramírez Cuevas comentó en marzo que 16 personas habían sido detenidas en
conexión con los asesinatos de seis periodistas para esa fecha en 2022. Tras
recientes condenas clave en el asesinato de alto perfil en 2017 de Javier
Valdez Cárdenas, las autoridades también han intensificado sus esfuerzos para
extraditar de la custodia de EEUU el supuesto autor intelectual, Dámaso López
Serrano, un anterior miembro de alto rango de un grupo de crimen organizado de
Sinaloa, un estado en el norte de México. En general, sin embargo, la tasa más
alta de arrestos todavía no ha producido condenas. Es más, algunas de las
personas arrestadas – como los sospechosos en el asesinato en 2021 del
periodista Jacinto Romero Flores – desde entonces han sido liberados, debido a
la falta de pruebas.
Un empleado de la Fundación
Nacional del Indio (FUNAI, por sus siglas en portugués) se para frente a las
imágenes del indigenista Bruno Pereira, derecha, y del periodista británico
independiente Dom Phillips, durante una vigilia en Brasilia, Brasil, el 13 de
junio de 2022. Pereira y Phillips fueron
asesinados en la región amazónica brasileña a principios de junio. (Foto de AP/Eraldo Peres)
En Brasil – clasificado en
el noveno lugar en el Índice – varios eventos en 2022 remacharon los riesgos
persistentes enfrentados por los periodistas en el país. En junio, el
periodista británico Dom Phillips y el indigenista Bruno Pereira fueron
asesinados en la Amazonía por personas quienes la policía sospechan por tener
vínculos con la pesca ilegal en la región. Estos asesinatos de alto perfil
recalcaron los peligros enfrentados por los periodistas que investigan la
Amazonía y los temas ambientales en general. Anteriormente, en febrero, el
asesinato del periodista comunitario Givanildo Oliveira por supuestos miembros
de la organización criminal conocida como el Comando Rojo, suscitó preocupación
acerca del aumento de riesgos enfrentados por periodistas en las favelas y
comunidades marginadas de Brasil.
Mientras tanto, la familia
del reportero de deportes brasileño Valério Luiz de Oliveira, asesinado en 2012
en represalia por su reportaje sobre un destacado club de fútbol, enfrentó otro
contratiempo en su búsqueda de justicia, pues las fechas agendadas en 2022 para
el juicio de sus supuestos asesinos fueron postergadas reiteradamente. Su hijo,
el abogado Valério Luiz de Oliveira Filho, habló con el CPJ sobre su lucha a lo
largo de una década para garantizar que los asesinos de su padre se enfrentaran
a la justicia, lo cual él describió como “una pesadilla interminable”.
En Filipinas – clasificado
en el séptimo lugar en el Índice – la elección del presidente Ferdinand Marcos,
Jr. trajo consigo esperanzas de un distanciamiento de la campaña de
intimidación y hostigamiento de la prensa del saliente presidente Rodrigo
Duterte. Sin embargo, los asesinatos de dos comentaristas radiales desde que
Marcos, Jr. tomó posesión de su cargo a finales de junio – Percival Mabasa, un
crítico franco de Duterte y de Marcos, Jr., y Renato Blanco, quien reportó
sobre la política local y la corrupción – suscitaron miedo de que la cultura de
violencia e impunidad perdurará.
Familiares lloran la muerte
del periodista filipino Percival Mabasa en Las Pinas, en la zona suburbana de
Manila, el 4 de octubre de 2022. (AFP/Jam Sta Rosa)
Pakistán y la India están
clasificados en el décimo y onceavo lugar, respectivamente. Ambos han aparecido en el Índice cada año
desde que el CPJ empezó a recopilarlo en 2008, lo cual demuestra la naturaleza
arraigada de la impunidad y de la violencia contra los medios en dichos países.
Durante la década cubierta
por el Índice actual – del 1 de septiembre de 2012 al 31 de agosto de 2022 – el
CPJ halló que 263 periodistas fueron asesinados en represalia por su trabajo
alrededor del mundo. En 206 de esos casos, o el 78%, el CPJ registró la
impunidad absoluta, lo cual significa que nadie ha sido condenado en conexión
con el crimen. En el plazo del Índice
previo (del 1 de septiembre de 2011 al 31 de agosto de 2021), el CPJ halló que
el 81% de los asesinatos de periodistas nunca fueron esclarecidos.
Esta edición del Índice, se
superpone en el mismo plazo del Plan de Acción sobre la Seguridad de los
Periodistas y la Cuestión de la Impunidad de la ONU, un mecanismo lanzado en
2012 para desarrollar programas para proteger a los periodistas y combatir la
impunidad en casos de violencia contra los medios. Las medidas del plan,
incluyen el establecimiento de un mecanismo de coordinación interinstitucional
para lidiar con asuntos relacionados con la seguridad de periodistas, y además
asistir a los países en su desarrollo de legislación y mecanismos que son
favorables para la libertad de expresión y de información y apoyar sus
esfuerzos para implementar las reglas y los principios internacionales
actuales. Si bien su implementación
inició a principios de 2013, el Índice demuestra que la impunidad continúa
siendo un desafío enorme.
El CPJ y organizaciones
socias han unido esfuerzos en varias iniciativas recientes para luchar contra
la impunidad alrededor del mundo. Una de dichas iniciativas, el proyecto “Un
Mundo Más Seguro para la Verdad”, investiga casos sin resolver de periodistas
asesinados, descubriendo información nueva e incidiendo a favor de reabrir
procesos judiciales penales domésticos. Anteriormente este año, en el Tribunal
de los Pueblos del proyecto en La Haya, testigos dieron sus testimonios sobre
el asesinato en 2009 del periodista srilanqués Lasantha Wickrematunge, y
presentaron una abundancia de pruebas señalando la culpabilidad del Ministerio
de Defensa por el asesinato – liderado en ese momento por Gotabaya Rajapaksa,
quien renunció el cargo de presidente del país en julio.
Rusia y Bangladesh no fueron
incluidos este año, por primera vez desde que el CPJ empezó a publicar el
Índice en 2008, pues esos países tenían tres y cuatro asesinatos no resueltos
durante el plazo del Índice, respectivamente, menos del tope de cinco que se
requiere para inclusión en el análisis. Sin embargo, esto no significa que el
ambiente de la libertad de prensa o de la seguridad de periodistas haya
mejorado en dichos países. Bangladesh continúa encarcelando reporteros bajo la
Ley de Seguridad Digital, y uno de ellos – Mushtaq Ahmed – murió en la cárcel
bajo circunstancias poco claras en 2021, después de supuestamente haber sufrido
abuso físico bajo custodia policial. El coimputado de Ahmed, el caricaturista
Kabir Kishore, le dijo al CPJ que le torturaron cuando estaba detenido.
Rusia ha sido clasificado
durante mucho tiempo entre los peores países del mundo en cuanto al asesinato
de periodistas, con reporteros que investigan temas como la corrupción oficial
y las violaciones de derechos humanos rutinariamente fijados como objetivo
debido a su trabajo. Desde que Vladimir Putin asumió el poder a finales de
1999, por lo menos 25 periodistas han sido asesinados en represalia directa por
su trabajo. Sin embargo, en los años recientes, los asesinatos dirigidos de
periodistas han disminuido, mientras que el espacio para el reportaje
independiente se ha reducido. Dicho espacio se ha cerrado casi por completo a
partir de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero, con la mayoría de
los medios de comunicación restantes dejando de funcionar bajo la presión legal
y reguladora, y miles de periodistas huyendo del país en medio de las medidas
represivas que han sido desastrosas para la prensa en Rusia.
Novaya Gazeta una vez era
uno de los medios investigativos más destacados en Rusia, y por lo menos seis
de sus periodistas y colaboradores han sido asesinados en conexión con su
reportaje valiente desde 2000. Sin embargo, en 2022, dicho medio, como cientos
de otros, ya no puede funcionar eficazmente en Rusia, debido a los riesgos
complejos descritos arriba. Como el laureado del Premio Nobel y jefe de
redacción de Novaya GazetaDmitry Muratov afirmó en septiembre, “En Rusia, el
genocidio de los medios ha concluido. Los ciudadanos rusos se encuentran solos
frente a la propaganda del Gobierno”.
Índice de Impunidad Global
Index
rank Country Unsolved
murders Population
(in millions)* Years
on index
1 Somalia 19 16.4 15
2 Syria 16 18.3 9
3 South Sudan 5 11.4 8
4 Afghanistan 17 39.8 14
5 Iraq 17 41.2 15
6 Mexico 28 130.3 15
7 Philippines 14 111 15
8 Myanmar 5 54.8 1
9 Brazil 13 214 13
10 Pakistan 9 225.2 15
11 India 20 1393.4 15
*Population data from the World Bank’s 2021 World
Development Indicators, viewed in September 2022, was used in calculating each
country’s rating.
Metodología
El Índice de Impunidad Global del CPJ calcula el número de asesinatos no resueltos de periodistas, como un porcentaje de la población de cada país. Para el presente Índice, el CPJ analizó los asesinatos de periodistas ocurridos entre el 1 de septiembre de 2012 y el 31 de agosto de 2022, los cuales siguen sin resolverse. Se incluyen en el Índice únicamente aquellos países con cinco o más casos no resueltos. El CPJ define el asesinato como el homicidio deliberado de un periodista específico, como represalia por el trabajo realizado por la víctima. Este Índice no incluye casos de periodistas muertos en combate, o mientras realizan coberturas peligrosas, como la cobertura de manifestaciones que se tornan violentas. Los casos se consideran no resueltos cuando no se ha obtenido ninguna condena, aun si los sospechosos han sido identificados y están detenidos. Los casos en que algunos, pero no todos, de los sospechosos han sido condenados, se consideran ejemplos de la impunidad parcial. Los casos en que los presuntos perpetradores fueron asesinados durante su arresto, también se consideran ejemplos de la impunidad parcial. El Índice solo contabiliza los asesinatos que se hayan cometido con absoluta impunidad. No incluye aquellos casos en que se obtuvo justicia parcial. Los datos de población del informe del Banco Mundial de 2021 World Development Indicators [Indicadores del Desarrollo Mundial], consultado en septiembre de 2022, fueron utilizados en los cálculos para determinar la clasificación de cada país.
Jennifer Dunham es la
Subdirectora Editorial del CPJ. Antes de unirse al CPJ, fue la Directora de
Investigaciones de los informes ‘Freedom in the World’ [La libertad en el
mundo] y ‘Freedom of the Press’ [La libertad de prensa] para la organización
Freedom House.
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