José Ureña
La política es transar.
Y en Morena saben cómo… en espera del visto bueno de ya
saben quién, el único que decide.
Por ahora la mexiquense Yeidckol Polevnsky y el
michoacano Leonel Godoy han tomado una determinación en principio.
Irán juntos para hacer el 1-2 en San Lázaro y garantizar
a Palacio Nacional el operativo legislativo necesario.
Falta definir quién será el 1 y quién el 2: Él como
coordinador de la fracción de Gobierno y ella como presidenta de la Cámara de
Diputados.
O viceversa, pues todo cabe.
Total, control absoluto de San Lázaro.
Están dispuestos, pues creen tener capacidad de manejo, a
obedecer todas las instrucciones presidenciales en el próximo trienio.
Deben tenerla fácil, pues en el Senado de la República el
zacatecano Ricardo Monreal es garantía y de esa manera las iniciativas rodarán
como en pista de baile.
Esta fórmula significa, naturalmente, desbarrancar a
otras tribus morenistas, acaso la más fuerte de ellas sea liderada por el
poblano Ignacio Mier.
SIMPATÍAS DE PALACIO
La decisión final no es suya.
Ellos tendrán su propio panorama
Dirá ella:
-Yo puedo ser presidenta de la Junta de Coordinación
Política porque he negociado con los industriales de la transformación y tengo
experiencia.
Y puede balbucear él:
-Yo tengo jerarquía porque fui presidente interino del
Partido de la Revolución Democrática (PRD) para evitar su destrucción y
permitir el tránsito a Morena…
Pero la decisión final se toma en Palacio Nacional y ahí
no se aceptan disidencias y menos indisciplinas en ningún sentido.
Pero hay algo más.
Yeidckol Polevnsky supo hacerse a un lado cuando aspiró a
presidir el partido de Estado y, exhortada por el Ejecutivo, finalmente apoyó a
Mario Delgado.
Facilitó la transición y es su hora de la recompensa.
A su vez, Leonel Godoy se cree con capacidad para
negociar con la oposición para, ante la falta de sobrerrepresentación, operar
votaciones.
Ambos tienen la fórmula más acabada y, vale la pena
decirlo, el tabasqueño no la ve mal.
GABINETE BAJO FUEGO
1.- Ayer dimos en este espacio algunos avances de
posibles cambios en el gabinete.
La lucha interna es intensa porque pocos quieren irse o,
de plano, proyectarse a mejores posiciones para la segunda mitad del sexenio.
Los más ineficientes, y son mayoría, tienen razón en
recelar porque vienen dos características:
El único que decide premiará a quienes se la han jugado
con él -ayer mencionábamos a Hugo López-Gatell-, pero reforzará áreas
fundamentales.
Se traerá a la administración federal a gobernadores salientes
-el evidente es Jaime Bonilla, en quien confía al mil per cent- y rescatará a
candidatos perdedores.
Estos le sobran: Clara Luz Flores en Nuevo León y Mónica
Rangel en San Luis Potosí.
Él se las quitó al PRI para debilitarlo y ahora debe
premiarlas a su manera.
Él los lanzó y él lo rescata.
Y 2.- Accendo Banco no se liquidará tan fácil como
planean sus accionistas.
Quien lo manejaba, Javier Reyes, le entró uso y abuso de
facturas inventadas y, ya sabemos, hay la orden superior de ir en contra de
esas firmas.
El tema lo trae personalmente el jefe de la Unidad de
Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, y pruebas le sobran.
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