Ricardo Alemán.-
Frente a los escandalosos resultados negativos del
gobierno de López Obrador, en rubros como la seguridad, el número de muertes
violentas, el nulo crecimiento económico, feminicidios y la muerte de
periodistas, aparecen las preguntas obligadas.
¿Quién será el valiente que, al final de cuentas, se
atreverá a poner un alto a la destrucción del país?
¿Hasta cuándo veremos a los políticos opositores, a sus
partidos; a los hombres de empresa, intelectuales y grupos mediáticos plantarse
frente al hombre que destruye el país, sin que nadie se atreva a decir nada?
El mayor peligro es que la potencial reacción llegue
tarde, cuando ya no haya nada que hacer frente a la debacle total.
Y es que los peligros que representa Obrador para México
ya no sólo son vistos por los ciudadanos mexicanos sino –sobre todo–, por la
prensa más influyente del mundo y que, casi a diario, confirma lo que aquí
hemos dicho por años muchos mexicanos; que López Obrador no sólo es un peligro
para México sino que está entre los peores presidentes del mundo.
Para fortuna de todos, sigue creciendo la revuelta de
mujeres en rechazo al mal gobierno de AMLO, al tiempo que algunos políticos
–como Fernando Belauzarán, del PRD, y Xóchitl Gálvez, del PAN–, han emprendido
acciones legales contra López Obrador por escándalos como “el moche a
empresarios”, en Palacio Nacional, y el desfalco en la Conade.
Sin embargo, esas reacciones son sólo testimoniales
frente al tamaño de la destrucción del país que llevan a cabo López Obrador, su
partido y sus legisladores en el Congreso.
¿Y de qué tamaño es la destrucción del país?
Si comparamos la inseguridad en México con los niveles de
inseguridad y el número de muertes violentas en el mundo, el de López Obrador
es uno de los peores gobiernos, con casi 45 mil fallecidos en sólo 15 meses.
Si comparamos la de México con las 30 economías más
desarrolladas del mundo, el gobierno de Obrador resulta reprobado en su
totalidad, ya que México ocupa el último lugar de crecimiento económico, con un
mediocre -0.1 % del PIB y con la recesión ya reconocida de manera oficial.
Si comparamos la economía de México con las de América
Latina, la mediocridad es aun mayor, ya que el PIB de Panamá, Dominicana, Bolivia,
Colombia, Perú, Chile, Brasil y Uruguay, supera al de México.
Si comparamos el de AMLO con los gobiernos de Salinas,
Zedillo, Fox, Calderón y Peña, el de López Obrador es el peor gobierno en
cuanto a crecimiento económico, creación de empleos y violencia criminal.
Por ejemplo, con Carlos Salinas, el crecimiento fue de
4.0 %; con Zedillo de 3.3 %, a pesar del “error de diciembre”; con Fox de 1.9
%; de 1.7% con Calderón y de 2.4 % con Peña Nieto.
Como ya se dijo, durante el primer año del gobierno de
AMLO, el crecimiento fue de -0.1 %. Es decir, uno de los más mediocres del
mundo.
Si comparamos al presidente mexicano con algunos de los
presidentes más mentirosos del mundo, como Bush, Trump y Piñeira, de Estados
Unidos y Chile, respectivamente, el mandatario mexicano se lleva las palmas,
con poco más de 20 mil mentiras detectadas en sólo 15 meses.
Si lo comparamos con el número de periodistas muertos a
causa de lo que escriben, el gobierno de López Obrador es el campeón, con 21
periodistas asesinados en sólo 15 meses, frente a 49 periodistas que perdieron
la vida de manera violenta, en todo el gobierno de Peña.
Si lo comparamos con el número de feminicidios, México
ocupa uno de los primeros lugares en el mundo, con la mayor tasa anual.
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LÓPEZ!
La comparación puede seguir, por ejemplo, confrontando
los niveles de inversión externa, el desempleo, la caída de los sistemas de
salud y educativo; de apoyo a la cultura y… en todos los casos los resultados
son aplastantes.
¿Por qué?
Porque en todas esas comparaciones, el gobierno de Obrador
aparece totalmente reprobado.
¿Hasta cuándo perderán el miedo los políticos, los
empresarios, los dueños de medios y, en general, los ciudadanos.
¿Hasta que no haya nada qué hacer?
Al tiempo.