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El gobierno del desabasto


Rubén Iñiguez.-

La más reciente manifestación de padres de familia que tienen a sus hijos con algún padecimiento de cáncer o hemofilia, en Jalisco tuvo un final feliz, al menos por los dos meses siguientes, pues el Gobierno del Estado proveerá de medicamentos a estos pequeñitos, en lugar de ser reprimidos con violencia como aconteció en la Ciudad de México, en un doloroso episodio que motivó el linchamiento de Ciro Gómez Leyva, a nivel mediático por informar de estos sucesos.

El tema del fracaso del INSABI puesto en manos de un custodio de parques arqueológicos, y no de un médico competente como los hay muchos en México, con perfil de expertos en salud pública, evidenció que nuevamente se destruyó un sistema operativo que con todo y sus fallas otorgaba atención valiosa a 50 millones de mexicanos. No se estudió, no se valoró lo existente, en el afán de cambiar el rostro de la salud pública, al extremo de privar de ella a los mexicanos y seguir gravitando el desabasto de medicamentos.

No sólo el discurso es suficiente, pues no se gobierna solo con buenas intenciones, ya que, así como sucedió con el fallido combate al huachicol, que provocó un desabasto nacional de gasolina, el pretendido cambio de sistema de salud, inició por suprimir el abasto de medicamentos.

La escasez de medicina contra el cáncer si es real, y fue provocada por el propio Gobierno Mexicano, quien se encargó de asegurar 35 mil dosis existentes de Laboratorios PISA, a quien le informó que se había terminado toda relación comercial, por presuntos actos de corrupción, por lo tanto, llenó de sellos de clausura todos los medicamentos, a los que después intentó obligar a romperlos para evitar que el desabasto siguiera ocurriendo.

Los encargadosde la salud federal, nunca pronosticaron que PISA era el único proveedor mexicano que producía dichas dosis para los enfermos de cáncer.

El sistema de salud en México se encuentra empobrecido, con presupuestos reducidos. A pesar de ello, dicen estar preparados para enfrentar la alarma sanitaria de la Organización Mundial de Salud (OMS), que advierte al mundo de un riesgo mayor por el virus surgido en China (Coronavirus). Si este problema se fortalece en México, las epidemias del dengue y de vías respiratorias, no tendrán punto de comparación. Una crisis de salud de ese tamaño puede frenar la economía del país, que comenzó con cero por ciento de crecimiento este 2020.

 El detalle es que AMLO ha demostrado no ser el tipo de presidente convincente para enfrentar el riesgo. Su incomprensión del sistema mexicano, en todos los aspectos sorprende, su discurso cuando era oposición, se basaba en críticas infundadas. Simples presunciones y no en conocimiento. A un año de mandato, está fracasando por todas partes. Ni sus proyectos magnos de aeropuertos, trenes, y refinerías logran conjuntar unidad, sino divergencias profundas. Ni sus soluciones mágicas de combate a una corrupción que sigue presente. La nulidad de un plan de desarrollo es evidente, gobierna sin saber qué hacer, por lo que opta por distraer la atención con rifas simplonas de aviones presidenciales.

La denuncia que hizo Televisa sobre el programa de créditos a la palabra, en el que el gobierno vende animales enfermos y a sobreprecio, huele a corrupción, sumados a un futuro desabasto de semillas de calidad, hacen ver un posible desabasto ahora en materia agrícola. El décimo lugar mundial logrado por los nefastos gobiernos neoliberales, pero con éxito agropecuario, van a modificarse. Un desabasto de insumos agrícolas, provocará un desabasto de alimentos o el encarecimiento de los mismos. Para entonces se culpará a los Le Barón, a la Marcha por la Paz de Javier Sicilia, o a quién incomode al gobierno federal en turno.

El año anterior cerró con amenazas de descontento agrícola. Si el próximo ciclo no se abastece de semillas de calidad, de fertilizantes, de todos los insumos necesarios, el gobierno va a enfrentar otra crisis, reflejada en inflación.

Hay desabasto del crecimiento e inversión, pero abundancia de impertinencia en justificar ese grave problema, por parte del presidente. ¿Cuánto tiempo resistirá la economía mexicana en esa condición?
Las repercusiones llegarán en forma de devaluación, inflación, y desempleo porque la economía no admite discursos, sino realidades. Las mentiras no llenan bolsillos, ni estómagos.

Así comenzamos el segundo mes del año, cada vez es más pobre su discurso, hay desabasto de verdades en él, también, desabasto de fortalezas en su liderazgo, que se ve endeble, sólo exitoso en continuar la división polarizando a los mexicanos, a cambio de una administración que no sabe comprender como funcionaba la economía de un país, el turismo, la agricultura y la salud. El detalle es que también estamos mal en seguridad, con cifras aumentadas de muertos y desaparecidos con todo y pena, pero ha resultado peor a sus antecesores, tan criticados por el mismo.