Pablo Hiriart.-
La esperanza muere al último, pero es obligación
documentar que las preocupaciones sobre la suerte del país en 2020 son
completamente fundadas.
El incremento del gasto público creció apenas 0.8 por
ciento real para el próximo año, y se reparte como el Presidente cree que será
mejor, y de eso no sabe.
Sólo tiene latidos, corazonadas que nuevamente se
equivocan en economía y en seguridad, y en otras ramas las intenciones son
meramente electorales.
El Programa de Adultos Mayores pasa de 39 mil 473
millones de pesos en el presupuesto de 2018, a 129 mil 350 millones para 2020.
De ellos, el 58.44 por ciento se entrega vía transferencia electrónica y el
41.55 por ciento en cash.
Así las cosas, 48 mil millones de pesos se pagarán en
efectivo, sin que sepamos cómo se traslada ni quiénes lo entregan, si es que lo
entregan todo.
¿Ya se dieron cuenta en la oposición qué significa eso?
¿Ya entienden por qué ahora Morena –de por sí es un
partido inmensamente rico– quiere que todos les bajen a la mitad las
prerrogativas del INE?
Cada bimestre el gobierno entregará ocho mil millones de
pesos en efectivo, sólo por el concepto adultos mayores. Las elecciones las
tienen ganadas casi de antemano.
Esa es una parte de desconfianza. La parte política del presupuesto,
más los recortes que le aplicaron al INE (mil 071 millones de pesos) para que
Lorenzo Córdova tire la toalla y les entregue el control del instituto
electoral por las buenas, sin necesidad de pagar el costo de correrlo.
A la Secretaría de Agricultura le quitaron para 2020 el
42.5 por ciento del presupuesto en relación con 2018, y 20 mil 213 millones de
pesos respecto a 2019. Los perdedores fueron los apoyos a producción y a
comercialización, que generan crecimiento y desarrollo.
Como al Presidente le gusta el programa Sembrando Vida
(es decir plantar árboles frutales y maderables), se le destinaron 25 mil
millones de pesos.
Toda persona que conozca algo de campo sabe que un árbol
tarda cinco años en dar frutos, si es que se da.
¿Y qué va a hacer el campesino beneficiario de ese
programa luego de que plante sus arbolitos? Sentarse a esperar a que, si le va
bien, coseche frutos y durante cinco años el gobierno le dará dinero.
El grueso del dinero reasignado se va a Pemex. La
Secretaría de Energía le va a canalizar 46 mil millones de pesos para
fortalecer las finanzas de la empresa, a fin de que no necesite inversión
privada. Se equivocan de nuevo: gastan dinero en una empresa que bien podría
compartir riesgos y gastos con compañías privadas para explorar y explotar
yacimientos donde los hallen.
Pero no. Vamos como en 2019, en que al tercer trimestre
Pemex tuvo pérdidas por 88 mil millones de pesos respecto al mismo periodo del año
anterior.
Y este año, 2019, en sus 10 primeros meses, los recursos
para los hospitales y equipo médico del IMSS cayeron en 62.7 por ciento y los
del ISSSTE en 82.3 por ciento, según reporte de la Secretaría de Hacienda.
Así están las prioridades y así seguirán en 2020.
Para la proyectada refinería en Dos Bocas se le destinan
41 millones de pesos en 2020, se construye en un lugar no apto. Compañías
serias quisieron construirla en el costo estimado por el gobierno (ocho mil
millones de dólares), pues en realidad costará entre doce y catorce mil
millones de dólares, según los expertos.
Lo cierto es que no es una prioridad una nueva refinería,
que empezará a producir derivados dentro de varios años, cuando el negocio es
el petróleo que deja una utilidad mucho mayor que sus derivados.
Para financiar esa refinería y otras ocurrencias se le
quitaron, por ejemplo, 14 mil 576 millones a Comunicaciones y Transportes,
fundamentalmente a construcción de carreteras (once mil millones de pesos menos
que en 2019).
A la Secretaría de Desarrollo Urbano le quitaron ocho mil
490 millones de pesos, más 60 mil millones recortados a Subsidios a Entidades
Federativas y Municipios, con lo que se golpea a Escuelas de Tiempo Completo,
Mejoramiento Urbano y Agua Potable, Drenaje y Tratamiento.
De algún lado tiene que salir el dinero para la
refinería, para Pemex, para reparto de dinero en efectivo y garantizar
clientelas electorales, aceitar la locomotora de Morena, plantar arbolitos y
otra ocurrencia más de nuestro Presidente: el Tren Maya.
Ese tren que se iba a construir con diez por ciento de
recursos públicos y 90 por ciento de inversión privada, ahora será mediante un
setenta por ciento de gasto público.
Algo pasa con la confianza, ¿queda claro?
La seguridad es preocupación nacional. ¿Comparte el
gobierno esa angustia? ¿Confiamos o no confiamos en que va a mejorar?
Para combatir la inseguridad se necesita voluntad
política y recursos. La primera ya sabemos que no existe. ¿Y la segunda? Veamos
los números del presupuesto.
Los Subsidios en Materia de Seguridad Pública, en
relación con 2018, en términos reales, disminuyen en 25.4 por ciento.
A la Policía Federal, hoy Guardia Nacional, le disminuyen
el presupuesto en dos mil 184 millones de pesos. Es decir, 7.9 por ciento menos
que en 2019. También la Fiscalía General de la República sufrió un recorte para
2020: mil 500 millones de pesos menos que este año.
Por si no fuera suficiente, a la Fiscalía Especial para
los Delitos de Violencia contra las Mujeres, se le redujo el presupuesto en
13.5 por ciento con relación a 2019, en términos reales.
¿Pensarán que no se necesitan recursos ahí? Presupuesto
habla.
Así está el panorama del gasto del gobierno para el
próximo año.
Y ahí están, también, algunas de las razones para la
desconfianza en 2020.