Ricardo Alemán.-
No, no se
trata de un invento y menos de una ocurrencia. Lo cierto es que según el nuevo
gobierno mexicano, el dinero público, de nuestros impuestos, pagará la nueva
versión del muro de Trump; inversión publica para impedir que centroamericanos
busquen el “sueño americano”.
En pocas
palabras, los impuestos de los mexicanos serán utilizados para crear empleos en
Centroamérica y, con ello, detener la migración al norte.
Lo peor del
asunto es que el monto presupuestado para esa inversión, es mayor al costo del
muro de Trump, mientras que los beneficios los tendrán las naciones en las que
México aplicará recursos y el gobierno del vecino del norte.
La noticia
de esa “genialidad” ocupó páginas interiores de los diarios mexicanos y –hasta
hoy–, no han aparecido los feroces críticos del ex presidente Peña porque tardó
en aclarar al presidente Trump, que México no pagaría el muro. México pagará
más que ese muro. ¿Lo dudan?
Resulta que
en su primera gira de trabajo como canciller, por Marruecos, Marcelo Ebrard
anunció que México invertirá en los próximos cinco años, un monto de 30 mil
millones de dólares en el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica –que
busca aminorar la migración hacia Estados Unidos–, algo así como 600 mil
millones de pesos.
Como queda
claro, 30 mil millones de dólares es una cantidad exorbitante de dinero
público; cantidad mayor al costo del muro que el presidente Trump construye en
la frontera con México y que según la agencia de noticias Reurters, tendría un
valor aproximado de 21 mil 600 millones de dólares.
Durante la
firma del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, el
gobierno de México se comprometió a la defensa de dicho pacto, a fin de lograr
un cambio radical en la política migratoria de la región.
En el
terreno de la teoría, la solución propuesta por México parece positiva y hasta
de sentido común. Sin embargo, el problema no sólo es de forma, sino de fondo;
de recursos económicos y de prioridades nacionales.
Es decir,
nadie sabe de dónde saldrá el dinero propuesto por el canciller mexicano; nadie
sabe si los partidos opositores en el Congreso y si la sociedad, en general,
estarían dispuestos a que esa exorbitante suma de dinero sea desviada de las
prioridades nacionales, para paliar un problema que, en rigor, es del gobierno
de Estados Unidos.
Por eso las
preguntas. ¿Dónde están las voces críticas a las sumisión del o los gobiernos
de México al imperio del norte? ¿Por qué callan cuando el gobierno de Obrador
parece aún más entreguista al de Trump?
¿Cuántos
mexicanos estarán dispuestos a que el dinero público, los impuestos de todos
sean utilizados para resolver problemas de empleo en Centroamérica –en lugar de
crear empleo en México–; para resolver el problema de la migración de Estados
Unidos?
En tiempos
de la Cuarta Transformación todo es posible, hasta “pagar” el muro de Trump.
Al tiempo.
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