Ricardo Alemán.-
Seguramente alguno de los
gobernadores que despacha en la comodidad de su virreinato leyó la historia del
último siglo de mandatarios estatales en México.
Y luego de visitar esa
“historia negra” el gobernador decidió dar la voz de alarma que habrían
escuchado 13 de sus pares; 12 gobernadores del PAN y el de Jalisco, por
Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro.
¿Por qué la voz de alarma?
Por el regreso del
centralismo priísta en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien
amenaza con los “Súper Delegados” que serán los mandones en cada entidad
federativa y los verdugos de los mandatarios revoltosos.
¿Y qué pasará con esos
inconformes…?
Poca cosa, la purga de todos
aquellos mandatarios estatales que no se plieguen al nuevo régimen y al
centralismo del nuevo Presidente.
Es decir, ay de aquel
gobernador que se oponga porque perderá la cabeza. Y si dudan, basta revisar la
respuesta del electo López Obrador a la “rebelión de los 13”.
Dijo: “no aceptaré
chantajes”, en respuesta a los gobernadores que acudirán a La Corte.
Pero no es nueva la
persecución de gobernadores. En 70 años –1929- 1999, de Calles a Zedillo–, el
poder presidencial derribó a 91 gobernadores, por distintas razones y diversos
métodos; un promedio sexenal de 13 gobernadores retirados y/o presionados para renunciar.
Los presidentes que más
gobernadores tiraron son Calles, con 21, seguido por Carlos Salinas, quien dejó
17 entidades sin gobernador.
En los gobiernos de Calles,
Cárdenas, Ruiz Cortines y Alemán, el instrumento para tirar gobernadores fue el
Senado de la República, que junto con el Ejecutivo inventaba conflictos contra
el gobernador en rebeldía.
Con Echeverría, López
Portillo y Miguel de la Madrid el instrumento fue la secretaría de Hacienda, al
cerrar la llave del presupuesto.
Con Carlos Salinas y Ernesto
Zedillo el instrumento para derrocar gobernadores fueron los medios; Televisa y
Azteca. Hoy la guadaña serán los medios y las redes.
Curiosamente, cuando el
electo Obrador intenta regresar al poder absoluto de los últimos 70 años –para
someter a los gobernadores de la oposición–, algunos de sus “hombres de
confianza” dieron ejemplo de dignidad, en su tiempo de gobernadores–, y no se
dejaron mangonear.
¿Qué dirían hoy de los
“Súper Delegados” los ex gobernadores Manuel Bartlett y Ricardo Monreal,
quienes en sus gobiernos estatales enfrentaron y derrotaron al poder central,
por sus excesos? ¿Aplaudirían hoy esos excesos?
¿Qué dirá Esteban Moctezuma,
quien estuvo en los dos bandos; la secretaría de Gobernación que en el gobierno
de Ernesto Zedillo operó la caída de gobernadores, pero que al final fue echado
luego que no pudo con el gobernador Roberto Madrazo?
Por lo pronto parece que los
13 gobernadores en rebeldía –ninguno del PRI, curiosamente–, estarían
dispuestos a llegar al final de un choque con el Presidente, que podría crear
una severa crisis de gobernabilidad. ¿Cuantos de los 13 gobernadores aguantarán
la presión?
Al tiempo.
@RicardoAlemanMx