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Calderón toma la estafeta contra el Presidente electo

Rubén Cortés.- 

Tres días antes de la marcha contra la farsa de la consulta del NAIM y por la modernidad, Felipe Calderón anunció que formará un nuevo partido. Y, ayer, el día de la marcha, renunció al PAN.

La manifestación (espontanea, sin líderes ni recursos), hizo notar en la práctica, la estadística del Inegi que presenta a México como un país de clase media, y que teme perder su situación económica ante los embates estatistas de la 4ta Transformación.

Pero esta clase media, que está descontenta y asustada con los errores de octubre y noviembre, llega a este momento de amenaza a su existencia por el régimen de Morena, sin una oposición partidista, ya los partidos fueron borrados el 1 de julio.

Calderón se dio cuenta y encabezará un partido sin línea ideológica para poder aglutinar la resistencia que quedó patente ayer: esa marcha fue la simiente de un movimiento que se multiplicará con los desastres económicos que se registrarán en los próximos meses. En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Calderón lo adelantó:

—México está entrando en una etapa extraordinariamente difícil. Yo percibo que hace falta esa ciudadanía organizada, activa que, pacífica y con base en principios y parámetros éticos y propuestas, pueda verdaderamente transformar al país.

Esa ciudadanía existe en el México de este minuto histórico… y con los atributos que percibe Calderón. Pero no está organizada y no pertenece a clientelas políticas ni recibe recursos de los partidos o apoyos del gobierno federal. Vive exclusivamente de su trabajo.

Es ese grupo que permite al Inegi definir a México como país de clase media, gracias a que durante el último cuarto de siglo, aquí se democratizaron el consumo masivo de bienes duraderos, la demanda de créditos, la liquidez de los compradores, las tarjetas de crédito y nómina…

Sin embargo, antes del 1 de julio pasado, en ese sector de la población mexicana se instaló la idea de un cambio sólo porque quería patear el avispero y estaba aburrida, atraída por el peligro y para huir del tedio, según el antropólogo Roger Bartra. Así que, en los 30 millones que votaron por el actual Presidente electo, hay muchísimos de quienes marcharon contra las consultas a modo, en favor de la legalidad y por continuar el proyecto de modernidad que traía el país desde 1988.

“La democracia es aburrida y un poco de agitación política, de emoción, aunque se ponga en peligro al país: hay esa actitud en México, en sectores intelectuales, de la clase media, aunque ha crecido mucho la clase media y ya es mayoritaria”, explico Bartra a El País antes del 1 de julio.

Por esa clase media que ya es mayoritaria, va Calderón.

¡Ya tiene líder!, pues.

@Ruben_Cortes