Con el despido de Raquel García Martínez de la Jefatura de la Unidad de Servicios de
Personal de la Dirección Administrativa de los Servicios de Salud de Oaxaca por
presuntos actos de corrupción, exhibe la mafia que controla el sector salud.
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Raquel García Martínez |
Los Servicios de Salud de Oaxaca cumplió la orden de la
Subsecretaria de Responsabilidades Administrativas y Anticorrupción de la
Secretaría de Contraloría y Transparencia Gubernamental del Estado.
La funcionaria asumió el cargo en los SSO en 2014 durante la
administración del ex gobernador Gabino Cué, y continuó al frente de la Unidad
de Servicios de Personal durante un año y medio más.
La Secretaría de la Contraloría y Transparencia
Gubernamental cesó del cargo a la controvertida
servidora pública, a través de la resolución marcada por el expediente
número 140/RA-A/2017.
La reiteradamente cuestionada funcionaria por probables
corruptelas, además, fue inhabilitada para desempeñar cargos o comisión al
servicio del estado o municipios, por el término de un año.
De acuerdo con el expediente abierto por la Secretaría de la
Contraloría, Raquel García Martínez era la encargada del pago de la nómina de
los más de 17 mil trabajadores de los Servicios de Salud.
Asimismo, era el nexo probablemente delincuencial con los
dirigentes de las tres secciones del Sindicato para otorgar contratos
temporales y compensaciones, quien además pagaba a las decenas de
"aviadores", según logramos investigar.
Este probable acto de corrupción, se suma al consumado al
inicio de año en el que se pusieron al descubierto lo presuntos actos ilegales
y de corrupción en la nómina de los Servicios de Salud desde la administración
del ex gobernador Gabino Cué.
El escandaloso saqueo ha generado una deuda superior a los 6
mil millones de pesos en la Secretaría de Salud, así como un déficit anual
superior a los mil 700 millones de pesos.
La ex Jefa de la Unidad de Servicios al Personal, Raquel
García Martínez, quien laboraba en la Secretaría desde 1999, es prima de Marina
Martha Martínez Tamayo, Directora de Administración de Personal al lado de Yuri
Arias Cruz, ex Director de Administración.
Aunado a ello, Raquel forma parte de una de tantas mafias
familiares que manejan los cárteles que continúan saqueando los Servicios de
Salud en perjuicio de los oaxaqueños más pobres con acciones que bien pueden
calificarse de crímenes de lesa humanidad.
Las amplias redes de complicidad familiar que han tejido
Marina y Raquel en la Secretaría de Salud pueden tipificarse de delincuencia
organizada, pues Manuel Montes, marido de Raquel, también labora en las oficinas
centrales de la Secretaría de Salud en JP García.
Así también, Marina Martha Martínez Tamayo, metió a trabajar
a su sobrino Arturo Martínez en la Dirección de Asuntos Jurídicos. Roberto
Carlos Martínez Gómez, Jefe del Departamento de Relaciones Laborales, es primo
de Marina y Raquel.
Raquel Martínez García es prima hermana de Marina Martha y
de Carlos Martínez Tamayo, quienes presuntamente están ligados política y
económicamente en negocios al ex gobernador Diódoro Carrasco.
En complicidad con Jorge Castillo Díaz y Manuel Ramírez
Tenorio, ex cuñado del ex gobernador Gabino Cué y primo de Germán Tenorio, el
empresario llantero Carlos Martínez Tamayo montó seis empresas "fantasma"
para saquear el programa de sanitarios ecológicos.
Raquel, la ex secretaria particular de César Román Figueroa
Hernández, ex Subdirector de Personal y ex Director de Administración de los
Servicios de Salud de Oaxaca, disponía y fijaba a discreción el monto de los
importes de las compensaciones especialmente a sus cómplices.
La contadora Martínez García se hizo incondicional y
colaboradora indispensable de los anteriores Secretarios de Salud y Directores
de los Servicios de Salud por el amplio conocimiento de los tejemanejes
ilegales en el saqueo de los fondos federales del sector salud.
El gran negocio de Raquel y su cartel se da con el personal
eventual, cuando al firmar contrato le anexan un recibo por determinada
cantidad, que no se refleja en ningún depósito del empleado, con la
justificación que es por unos conceptos que se incluyen en el recibo de nómina
quincenal.
Esta justificación jalada de los pelos es totalmente
ilógica, ya que al firmar un recibo de nómina por determinados conceptos no se
tiene por qué firmar un recibo que establece que es por única ocasión y sujeto
a suficiencia presupuestal.
Luego, entonces, basta sacar cuentas de 4200 o 4500
contratos eventuales que hasta hace muy poco fueron firmados de manera
bimestral, para saber a cuánto importa el desvío o robo del recibo que dan a
firmar a los empleados por algo que nunca les depositan.
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