Ricardo Alemán.-
Durante meses dijimos que una victoria de Morena
colocaría a México en la antesala de una dictadura.
Y ante esa
posibilidad, intelectuales reputados, políticos y periodistas dijeron siempre
que se trataba de una exageración. Incluso respondían con una grosera obviedad;
“México no es Venezuela”.
Lo cierto es
que en ninguna parte del mundo existen gemelos en el populismo y la dictadura.
Cada populista y cada dictador obedece a las caraterísticas propias de su
sociedad.
En el México
del siglo XXI, por ejemplo, el gobierno populista que viene, no sólo pasó por
encima de la división de poderes y violentó los tres órdenes de gobierno, sino
que retomó una vieja práctica virreinal, la cual perfeccionó siglos después el
dictador Francisco Franco.
Nos referimos
los 32 “coordinadores estatales” que “por dedazo” designó el futuro Presidente
para tener el control político, hacendario y fiscal de las 32 entidades del
país.
En pocas
palabras, cuando Andrés anuncia la figura de “coordinadores estatales” confirmó
que el suyo sera un régimen totalitario, en donde un partido hegemónico de
masas tiene el control absoluto de la vida política del Estado todo, incluyendo
las entidades federativas. ¿Esa figura les recuerda algo?
Recuerda al PRI
de los años 50, 60 y 70. Pero lo verdaderamente preocupante es que en pleno
siglo XXI, en una naciente democracia mexicana, y cuando muchos suponen que
salimos de lo más rancio del PRI, el gobierno que viene desempolvó usos y
costrumbres coloniales y dictatoriales que se suponían superados.
Y es que cada
una de las entidades del país tendrá, a partir del 1 de diciembre, a un
“coordinador estatal”. Cada uno incondicional del Presidente e impuesto por
AMLO, de entre toda una claque de fieles e incondicionales aspirantes a
virreyes –como en los tiempos de la conquista, en donde sólo representaban los
intereses del rey–, al tiempo que en los hechos desempeñarán el papel de “gobernadores
civiles”.
¿Cuál es el papel de un “gobernador civil”?
Es una figura idéntica a la utilizada por Francisco Franco,
el dictador que por la fuerza de las balas acabó con la España republicana.
Vale recordar
–si es que lo olvidaron–, que en la dictadura franquista, en España, el sátrapa
impuso en todas las provincias a los “gobernadores civiles”, cuya labor fundamenal
era restaurar la organización territorial centralizada, bajo el ojo atento del
dictador. ¿Estaremos ante una reproduccion tropical de lo que serían los
“coordinadores estatales” de AMLO en México?.
En la práctica –durante el franquismo–, los “gobernadores
civiles” eran la máxima autoridad, por encima de cualquier cargo a nivel local;
eran los mandones, los dueños del dinero, de la hacienda y de la justicia.
¿Será que López Obrador olvidó que según la Constitución,
el poder emana del pueblo y que los gobernadores estatales fueron electos por
el pueblo? Y la pregunta obliga: ¿Por qué el silencio de los gobernadores del
PRI, del PAN y PRD? ¿Le temen a AMLO?
¿O será que estamos viendo la otra cara del dictador?
Al tiempo.
TWITTER: @RicardoAlemanMx
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