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Supercarreteras interminables



Desde el tercer año del mandato de Felipe Calderón, hasta la fecha, aún no se termina el proyecto; suman ya 9 años 


OAXACA, Oax. (Excelsior) La conclusión de los trabajos de obra de las autopistas de Oaxaca a Puerto Escondido, y a Tehuantepec, con dos sexenios federales de atraso, es la promesa favorita en tiempos de campaña, el anhelo de habitantes y la expectativa abrazada de prestadores de servicios.

El primer retraso de la obra ocurrió en el sexenio del presidente Felipe Calderón, quien en el tercer año de su mandato, en 2009, ofreció a los oaxaqueños la construcción de la autopista costera, que fue licitada a la empresa Omega S. A. de C. V., para construcción del tramo Barranca Larga, comunidad del municipio de Ejutla de Crespo a Ventanilla, cerca de Puerto Escondido, con una longitud estimada de 104 kilómetros.

Sin embargo, la constructora tuvo problemas financieros en 2012  y dejó la obra inconclusa, apenas con un avance del 2.64%, hasta que cedió sus acciones a la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA) S. A. de C. V., que mediante una modificación al título de concesión a favor de Desarrolladora de Infraestructura Puerto Escondido S. A. (DIPESA) se hizo cargo de la obra, bajo el esquema de asociación pública–privada.

Bajo este acuerdo hubo compromiso de entregar la pista en agosto del 2014, pero se reportaron nuevos inconvenientes, desde conflictos por pago de indemnizaciones, derechos de vía y disputa de límites agrarios, que fueron atendidas parcialmente por las administraciones estatales de los entonces gobernadores Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué.

SEGUNDA BANCARROTA

A finales del año 2016, la concesionaria DIPESA–ICA suspende los trabajos de obra con un avance de 52%, que equivale a  dos mil 450 millones de pesos.

En su momento, Ruiz y Cué atendieron las obras de desarrollo social, como escuelas, obras de electrificación, clínicas de salud y proyectos productivos; no obstante, al día de hoy los siete municipios contemplados en el tramo reclaman se cumpla con la totalidad de los acuerdos.

Los concejales exigen pagos pendientes, construcción de caminos, paso para semovientes (ganado), aulas, entre otras demandas sociales.

El 5 de diciembre de 2016 una vez ungido como gobernador, Alejandro Murat, se comprometió a entregar en 15 meses, la supercarretera que enlazará a la capital con las playas costeras. Lo que aún no ocurre, pues apenas en enero de 2018 fue publicada la licitación, para que en marzo se retome la construcción de túneles, puentes y viaductos, pendientes de construirse.

Tras declarar su insolvencia financiera por parte de ICA, el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), de Banobras, asumió el proyecto que al calor de las declaraciones se comprometió a entregarlo en 2018.
El gobierno federal rescató la concesión de la autopista que une a la capital de Oaxaca con la costa, como ha sucedido con otras como la México-Puebla, México-Acapulco, entre otras que son operadas por Caminos y Puentes Federales (Capufe).
El Fonadin aceptó pagar las deudas adquiridas por la empresa ICA para la construcción, operación y explotación del tramo Barranca Larga-Ventanilla, de la autopista Oaxaca a Puerto Escondido.

El director del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Oaxaca, Javier Lazcano Vargas, aseguró  que la terminación de la autopista  a la costa es un compromiso del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador Alejandro Murat.
Destacó la participación coordinada con las dependencias del gobierno estatal para conciliar con las comunidades por las que atraviesa el trazo carretero, en las que los pobladores piden obras de remediación.
En entrevista reconoció que se han dado a conocer varias fechas de entrega, por lo menos desde mayo de 2014, pero ninguna se ha cumplido, lo que provocó que la ciudadanía haya perdido credibilidad en el proyecto. Aunque sincero dijo que no será en 2018  cuando se concluya la carretera, sino un año después, en 2019.
Según la SCT se tiene registrado un importe de tres mil 350 millones de pesos, para concluir al 100 por ciento este proyecto.
OAXACA-ISTMO, EL OTRO PROYECTO EN EL OLVIDO
La carretera Oaxaca-Istmo de Tehuantepec comprende 169.5 kilómetros, de los cuales 90 ya están en operación, y la construcción de los 80 kilómetros restantes no se ha podido reiniciar, esto debido a los trámites que se realizan para reasignar la concesión a otra empresa.

El trazo de la pista comprende del valle de Mitla a Tehuantepec; actualmente están acabados los extremos de la vía, usados por el tránsito local, y ocasionalmente para evitar algún bloqueo sobre la carretera federal 190,
Cristóbal Colón.

La obra quedó suspendida en marzo de 2016, con el retiro inmediato de la maquinaria. Entonces se llevaba una inversión de 500 millones en obras conexas de carácter social, pero quedaron por cumplirse a las comunidades colindantes con el trazo.

A pesar de que fue un compromiso de las autoridades estatales y federales, la conclusión de las autopistas hacia el Istmo de Tehuantepec y a la costa, tampoco se concluirán en 2018.

Desde enero de 2017, funcionarios del gobierno de Oaxaca y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (Centro SCT-Oaxaca), anunciaron que en agosto de 2018 se entregarían ambas autopistas, pero a la fecha las obras siguen paralizadas.

La constructora Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (IDEAL), filial del Grupo Carso, que busca conseguir la concesión de la obra, informó que será hasta febrero de 2019 cuando inicie la operación de 169.2 kilómetros.

En el informe del tercer trimestre de 2017 que esta empresa presentó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) expuso que la autopista a la región del Istmo de Tehuantepec es una de las cuatro obras que tiene en ejecución.

Sin embargo, a partir del año 2010, la SCT asignó la concesión de construcción y explotación de esta vía federal a la empresa ICA, que mantiene los derechos actualmente.

La construcción tiene, al menos 14 años de dilación, considerando que inició con recursos fiscales en 2004. Los últimos dos exgobernadores del estado prometieron terminarla durante su respectivo mandato, pero no ha sido así.