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Para Alfredo Martínez de Aguilar: Ni ingenuos ni serviles, mucho menos cómplices


Estimado amigo y hermano:
Leí con mucho interés y especial atención tu columna “Detrás de la Noticia” en la que reproduces, acertadamente en mi opinión, los mensajes que has recibido de colegas periodistas de la vieja guardia, como solemos decir, y de algunos más jóvenes, y me motivan a dirigir los siguientes comentarios.
Respeto la opinión y la crítica por principios y convicción, pero no comparto la idea de que los periodistas somos ingenuos o serviles, mucho menos cómplices de grupos o personajes políticos. Si alguien lo es, que lo dudo, sería precisamente por falta de principios y, quizá, por conveniencia personal.
Con motivo de nuestra participación en la discusión de los periodistas en la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca para buscar
consensos que permitan impulsar acciones en defensa del gremio, los compañeros que te han enviado mensajes, todos ellos conocidos y respetados, mostraron una preocupación porque nos hayamos apoyado en la DDHPO para debatir sobre nuestros asuntos.
Las críticas a la Defensoría y a sus funcionarios, son naturales y cada quien, en sus espacios y medios, lo ha hecho libremente, pero insisto en que “no somos ingenuos ni serviles, mucho menos cómplices” y lo saben los colegas preocupados porque la DDHPO y otros personajes políticos, pudieran utilizar o manipular el tema de los periodistas.
Con todo respeto y con el deseo de que su participación será valiosa para enriquecer la discusión de los temas, invito y de pido que tú lo hagas también, a los colegas preocupados porque nos puedan “utilizar o manipular”, como si fuésemos improvisados o mercenarios al servicio del mejor postor.
Considero que más que especular sobre el roll de la Defensoría en el tema de los periodistas, lo que hace
falta es asumir el compromiso genuino de lograr consensos, a partir de la participación de la mayoría sino es posible de todos los periodistas, para impulsar acciones que permitan su real protección.
No perdamos el tiempo en especulaciones, en rumores y en sospechas porque ya somos adultos y hemos perdido mucho tiempo en fomentar la división, lo que ha tenido un alto costo para el gremio en vidas y agravios; y aprovechemos la coyuntura nacional para avanzar, en lo posible, en materia de protección a nuestro gremio.
Con un saludo fraterno, su amigo de siempre
Isaac Olmedo Lavariega