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Rubén Cortés.-
Antes del proceso electoral del Estado de México, a la
demagogia de Morena aún le quedaban pilas para que muchos le creyeran la
letanía de AMLO del pantano y las plumas impolutas; durante la contienda, las
baterías fueron perdiendo carga; y al final, se embarró tanto que ya es
comparada con el PRI.
Hay que insistir en la estrategia fallida de AMLO de escoger
la peor táctica para competir en la política: presentarse como poseedor de una
honestidad imposible, al venderla como inmaculada, única y valiente. Se trata
de un listón demasiado alto, al menos para la política nuestra.
Ayer, por ejemplo, fue difundido el cómputo de los comicios
del domingo en el Estado de México y, como se esperaba, gana el PRI de manera
irreversible, con 2.8 por ciento de ventaja sobre Morena: dos millones 39 mil
631 votos contra un millón 867 mil votos.
Sin embargo, Morena insiste en una cantaleta de “fraude” que
no sólo provoca hartazgo y desánimo entre los ciudadanos para ir de nuevo a
comicios cuando corresponda, sino que son elecciones que Morena quiere ganar
para llegar a Los Pinos.
Además, Morena basa sus acusaciones al PRI en prácticas
similares a las que utilizó su candidata a lo largo de la campaña, con lo cual
únicamente consigue enredarse en una discusión, en la percepción de los
votantes, al mismo nivel que el PRI.
¿Que el PRI compró votos y exigió copias de credencial de
elector a cambio de una tarjeta “rosa” que sería de débito tras el triunfo del
candidato Alfredo del Mazo? Pues sí. Seguramente es cierto. Todo lo que se diga
sobre el PRI es cierto. Nadie lo pone en discusión.
Lo que no se esperaba en el partido del pantano y las plumas
impolutas es negarse a revelar los nombres de sus proveedores en la campaña, a
lo largo de la cual tejió (igual que los partidos tradicionales de los que
asegura distinguirse) una red para encubrir sus finanzas.
Morena presentó como pruebas del “fraude” un montón de
carpetas que demuestran el “rebase de gastos de campaña de Del Mazo”, las
cuales no abre y recuerdan aquellas cajas vacías que cargó Fernández Noroña en
diablitos, por el caso “Hildebrando” contra Calderón.
Mientras, el PRI muestra las fotos de un callejón vacío
entre pequeñas viviendas donde se ubica la respetable empresa “Logísticos
Negrete”, proveedora de la campaña de Delfina Gómez, a la cual Morena pagó 15
millones de pesos de nuestros impuestos.
Ese tú por tú es un error de Morena: perder por unos 170 mil
votos le abona más para lo que realmente interesa a su jefe: el 2018.
Mientras para el PRI se trata apenas de una victoria
pírrica.
Twitter: @ruben_cortes