Carlos Ramírez.-
El sorpresivo arresto del exgobernador veracruzano Javier
Duarte de Ochoa en un tranquilo hotel de Guatemala tiene una serie de detalles
que pudieran explicarlo:
--El pasado viernes 14 de abril el presidente nacional del
PRI, Enrique Ochoa Reza, hizo una declaración contundente que pocos
entendieron: “estamos a favor que los corruptos terminen en la cárcel”. La
primera lectura fue el arresto del exgobernador tamaulipeco Tomas Yarrington
Rubalcaba. Pero hacia ese día el asunto Yarrington estaba enfriándose.
2.- El viernes también el periodista Joaquín López Dóriga
circuló una foto algo borrosa, pero afirmando que se trataba de Duarte y que
había sido tomada en un restaurante en Canadá. Horas después, el periodista se
disculpó afirmando que las autoridades canadienses le habían reportado que
Duarte no estaba en Canadá; y López Dóriga afirmó que autoridades mexicanas le
habían confirmado que Duarte estaba en Centroamérica.
3.- El mismo viernes las autoridades mexicanas descubrieron
que un vuelo privado había partido del aeropuerto de Toluca rumbo a Guatemala y
los nombres de los pasajeros eran reales: los hijos de Duarte, con nombres y
apellidos. En plena fuga, lo más torpe es que los familiares del perseguido
viajen tan fácilmente y usen sus nombres reales y den como destino el lugar
donde se encuentra el prófugo.
4.- Esta semana tendrá que desahogarse el nombramiento del
fiscal anticorrupción y el PRI no quiere dejar indicios de protección de
corruptos.
5.- El golpe espectacular contra Yarrington no fue su
arresto en sí, sino el hecho destacado por el columnista Héctor de Mauleón en
El Universal de que ocho escoltas pagados por el gobierno de Tamaulipas habían
cuidado al exgobernador hasta hace poco y no habían sido interrogados. El
interés de los EE.UU. sobre Yarrington va a destapar la cloaca de las redes
políticas de poder de un gobernador vinculado al narcotráfico y sobre todo a
Los Zetas. A Duarte le habían descubierto propiedades en los EE.UU. y no
faltaba mucho para que las autoridades fiscales le pusieran el dedo a Duarte
pidiendo su arresto. Y el arresto y procesamiento en los EE.UU. del fiscal de
Nayarit, Edgar Veytia, aliado del gobernador priísta saliente Roberto Sandoval,
había puesto al mandatario en el radar de las autoridades antinarcóticos. No
falta mucho para que Trump comience a hablar de un México dominado por la
narcopolítica.
Después de que la Interpol, la policía italiana y la policía
migratoria (ICI) atraparon a Yarrington, la posición de Duarte era frágil. De
acuerdo con algunas fuentes judiciales, Duarte no sólo estaba localizado, sino
que ya había sido signada su suerte y sólo era cuestión de oportunidad política
para atraparlo. El propio exgobernador parecía saberlo porque no cambió
apariencia, se paseaba por lugares públicos y su familia viajaba con nombres
verdaderos.
El expediente de Duarte es más caliente que el de
Yarrington, porque éste realizó actividades secretas para aliarse con el crimen
organizado. En cambio, Duarte es la pieza de un entramado de corrupción con
recursos públicos para actividades políticas nacionales en los tiempos
políticos del gobierno de Peña Nieto.
Lo que viene ahora es una operación política para control de
daños del caso y evitar que el gobernador
panista-expriísta-exsalinista-exgordillista veracruzano Miguel Angel Yunes
Linares capitalice el arresto de Duarte, porque hay indicios de que la
persecución contra el exgobernador le dio bonos para solicitar licencia al
cargo en octubre o un poco antes y presentarse como aspirante panista a la
candidatura a la presidencia.
Política para dummies: La política es la sensibilidad para
saber esperar, esperar y esperar, pero para actuar y no quedarse esperando.
Sólo para sus ojos:
Recuerde todos los días el programa “La Agenda” de Carlos
Ramírez y Roberto Vizcaíno en la estación radiofónica 1530 de AM en la Ciudad
de México. El archivo de programas pasados en indicadorpolitico.mx. Y puede
escucharlo en vivo por dispositivos móviles en cualquier parte del mundo a
través de www.extasisdigital.mx y de www.laagendade.com.
La Semana Santa enfrío un poco las efervescencias en el
Estado de México y podría también alejar la atención nacional de esa contienda.
El PAN y el PRD dependen no de sus magras estructuras electorales, sino de
construir un escándalo nacional.
El cálculo en Los Pinos sobre Nayarit se ha convertido en un
dilema: costará más quitar al gobernador Roberto Sandoval por el narco
encabezado por su fiscal o aguantar las presiones y mantenerlo, aunque se
pierda la elección.
Ahora más que nunca el PRD está urgido de un liderazgo
político fuerte, porque los problemas en estados están siendo aprovechados por
Morena.
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carlosramirezh@hotmail.com
@carlosramirezh
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