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Obliga a ‘tocar fondo’ desastre dejado por Gabino en Oaxaca

DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar




Las personas que han tenido el privilegio de salir vivos del infierno del alcohol y de las drogas o bien de la cárcel, después de una injusta condena, saben mejor que nadie que una forma de crecer es el dolor de la injusticia, la traición, la soledad y el abandono, que muerden el alma.
Vital, es decir, cuestión de vida o muerte, e indispensable, es ‘tocar fondo’ para renacer y aprender de una de las más amargas lecciones de vida a la que pueden acceder algunas personas inteligentes, valientes, sensibles y rebeldes, más que el resto de los demás seres humanos.
No necesariamente solo en el dolor se crece, pero es uno de los innegables ingredientes en común para la madurez. Crecer, desarrollarse, cambiar, dejar actitudes en el pasado, muchas veces tienen como origen una experiencia dolorosa, que lleva a la transformación real.
El principal motivador para cambiar es el deseo de no volver a experimentar ese dolor o malestar en la persona, la familia, la sociedad, la nación y finalmente el Estado o país. Y como suele decirse frecuentemente “crecer duele”, pero quizá es la única forma de hacerlo.
Éste es un factor hasta ahora poco analizado por los investigadores sociales y políticos, serios, profesionales y responsables, no los vivales charlatanes, hipócritas y fariseos que lucran con las ingentes necesidades de cambio político y económico, y la urgente normalidad democrática.
Los mexicanos en general, pueblo y gobierno, sin mezquindades, debemos capitalizar al máximo las estupideces racistas, xenófobas y discriminatorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para trabajar y luchar por la unión y comunión de intereses básicos del país.
De manera particular, los oaxaqueños todos, pero en especial el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, José Antonio Hernández Fraguas, y el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, deben aprovechar al máximo el desastre en el que Gabino Cué y su mafia hundió al estado de Oaxaca.
Nunca como ahora dos gobernantes que entreveran la experiencia con la juventud tienen la enorme oportunidad histórica de cerrar filas y trabajar brazo con brazo y codo con codo para ‘tocar fondo’, sin futurismo, y sacar a flote y adelante al municipio y al estado de Oaxaca.
Echados para adelante los dos personajes políticos, están doblemente obligados a actuar con visión de estadistas pensando en las próximas generaciones y, por supuesto, en las próximas elecciones, lo que requiere ser extremadamente escrupulosos en su quehacer y desempeño.
Ello requiere, desde luego, laborar con inteligencia y humildad, escuchando ante todo al pueblo al que les ha tocado gobernar, sin olvidar que el municipio capitalino no es solo la caja de resonancia de los conflictos prefabricados y/o desatendidos, sino el rostro nacional de Oaxaca.
Los prefabricados conflictos políticos han estado largamente larvados desde los 70 con la destrucción de la educación pública media superior y superior en la Universidad, Benito Juárez (UABJO), y la destrucción de la producción agropecuaria con la invasión de tierras y empresas.
Con genial perversidad se estalló el conflicto de 1976 con la caída de uno de los gobernadores más inteligentes y honestos a carta cabal, don Manuel Zárate Aquino, y a partir de 1982 se incubó el huevo de la serpiente al entregar el IEEPO a la Sección XXII de la CNTE.
A la destrucción de la educación básica sobrevino el estallido del conflicto de 2006 con la creación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y diez años después la Sección XXII de la CNTE explotó el conflicto de 2016 y el resurgimiento de la guerrilla.
Hoy, al igual que los mexicanos en general frente a las brutales agresiones de Donald Trump, los oaxaqueños, pueblo y gobierno, tienen la invaluable oportunidad de ‘tocar fondo’, salir a flote y sumar esfuerzos y conjuntar voluntades, para sacar adelante a México y a Oaxaca.
De ahí, la trascendencia de las acciones de los primeros Cien Días de Gobierno del presidente municipal capitalino José Antonio Hernández Fraguas y del gobernador Alejandro Murat Hinojosa. Ambos saben que no pueden darse el lujo y no tienen derecho a fallar a Oaxaca.
Dada su amplia formación y trayectoria político-administrativa los dos saben que, para gobernar se debe desayunar sesos con huevos, y apoyar su labor en el estricto apego a la Ley respetándola y haciéndola respetar, aunque muchos protesten, se inconformen y se digan reprimidos.
Altamente positivo para la salud político-administrativa de los habitantes del municipio de la capital oaxaqueña resultan programas como Tolerancia Cero, Ni un Minuto en materia Vial en el Centro Histórico, para abatir el caos en el tráfico por las dobles y triples filas en las calles.
Asimismo, reviste gran importancia para recuperar el orden y la imagen de Oaxaca, Patrimonio de la Humanidad, como ciudad limpia, con el establecimiento de la multa por 900 pesos a quienes tiren basura en las calles de la capital oaxaqueña y un monto mayor a quienes reincidan.
No menos importante es, a nuestro juicio, fijar un horario para las maniobras de carga y descarga de mercancía en los diversos negocios, así como los indispensables servicios de agua embotellada y gas LP, a fin de ordenar y agilizar la circulación vial en la capital oaxaqueña.
El controvertido ingeniero Felipe Reyna Romero, Comisario de Vialidad Municipal, debe recuperar los millonarios estudios pagados desde hace varias administraciones municipales a despachos nacionales especializados en vialidad como Cal y Mayor, para frenar la anarquía vial.
Cada día es más urgente ordenar la circulación de las diversas empresas del servicio de transporte urbano en la distancia de paradas en sus diferentes rutas, toda vez que para nadie es desconocido que se han ido apoderando de importantes vialidades en la ciudad y que bloquean.
Estas acciones son de suma trascendencia ante el hartazgo de la población capitalina por el caos vial, agravado por las constantes movilizaciones de las 600 organizaciones políticas y sociales que estrangulan las calles de la capital oaxaqueña con sus marchas, bloqueos y toma de oficinas.
A la luz de estas movilizaciones, las más de chantaje económico y presión política, reviste singular importancia el diálogo y negociación con apoyo y aplicación de la Ley, desplegados por el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, con todas las organizaciones políticas y sociales.
Al ordenamiento en materia vial y de limpieza, se ha sumado exitosamente el Programa Emergente de Pavimentación y Bacheo, que cambiará para bien la imagen de la capital oaxaqueña, cuyos accesos también deben ser atendidos ante la próxima temporada vacacional.
Hay, sin embargo, una acción que requiere atención conjunta urgente del Gobierno del Estado y del Gobierno Municipal capitalino ante la emergencia derivada del estiaje adelantado, con el firme propósito de garantizar el abasto de agua a los habitantes del municipio capitalino.
Su Agenda de Riesgos debe comprender las inminentes presiones y chantajes de las autoridades y representantes agrarios de los municipios que abastecen de agua a la capital oaxaqueña, como San Agustín Etla, San Antonio de la Cal, San Agustín de las Juntas y Santa Cruz Xoxocotlán.
Mucho daño ha hecho a Oaxaca que los afectos a sus amigos y compadres traicionen a sus gobernantes. Éste último aspecto es una de las principales cuestiones que Alejandro Murat y Toño Hernández Fraguas deben cuidar con extremo cuidado.
Los oaxaqueños están hasta la madre de la corrupción de gitanos, filibusteros, extraditables, toficos, burbujos o vicegobernadores. De entrada, mucho ayuda a evitarlo cumplir el compromiso de mandar a su casa a quienes fallen y el Ayuntamiento con paridad de género.

alfredo_daguilar@hotmail.com director@revista-mujeres.com
@efektoaguila