Una visión que vio San Juan, la cual es descrita en el Apocalipsis 12, 1, aparecerá en los cielos en 2017.
Hablando de su segunda venida en el fin del mundo, Jesús dice en Lucas 21, 25:
“Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas…”.
Jesús dice que estas señales le indicarán a la humanidad que estamos muy cerca de su llegada en el fin del mundo.
En Génesis 1, 14 se declara:
“Luego dijo Dios: ‘Haya lumbreras en el firmamento del cielo, que separen el día de la noche y sirvan de señales y marquen las estaciones, días y años’”.
Dios dice aquí que uno de los objetivos para las lumbreras en el cielo es que ellas sean señales dadas a la humanidad. Los planetas también pueden considerarse como lumbreras del cielo porque ellos reflejan la luz del sol, y se parecen a las estrellas cuando miramos el cielo nocturno. Y como los planetas reflejan la luz del sol, algunos se refieren a los planetas como estrellas errantes.
En Mateo 24, 3, los discípulos le preguntaron a Jesús:
“Dinos cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de tu venida y de la consumación del mundo”.Lucas 21, 7: “Maestro, ¿cuándo ocurrirán estas cosas, y cuál será la señal para conocer que están a punto de suceder?”.
Unos versículos después, Jesús dice: “… [habrá] grandes señales…” (Lucas 21, 11).
En Apocalipsis 12, 1 se habla de una gran señal.
Apocalipsis 12, 1-2: “Apareció en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, gritaba con ansias de parir, y sufría dolores de parto”.
Ahora mire cómo las diferentes constelaciones y estrellas en los cielos se alinearán en un futuro muy cercano, el 23 de septiembre de 2017. Vemos la constelación Virgo (la virgen) que se puede decir que es una representación de la Santísima Virgen María. En el 23 de septiembre de 2017 la virgen está vestida del sol. También puede ver que la luna está debajo de sus pies. Además, nótese la serpiente por debajo del pie de la virgen.
En el 23 de septiembre de 2017 podemos ver sobre la cabeza de Virgo (la virgen) también la constelación Leo (el león) que contiene 9 estrellas. Cerca de estas 9 estrellas vemos los planetas Mercurio, Marte y Venus. Ya que los planetas reflejan la luz del sol, estos planetas también se parecen a las estrellas. Por lo que resulta que parecen ser 12 estrellas cerca de la cabeza de Virgo (la virgen).
Así que en el 23 de septiembre de 2017 vamos a tener a la mujer –Virgo (la virgen)– vestida del sol, la luna debajo de sus pies y cerca de su cabeza 12 estrellas, como puede ver. Exactamente al mismo tiempo, Júpiter, que es conocido como el planeta rey de nuestro sistema solar, estará muy cerca del vientre de Virgo (la virgen) – precisamente en el sitio dónde nacería un niño. Esto es una representación simbólica del nacimiento de Jesucristo, el Rey, del vientre de la Santísima Virgen María.
Así es como los elementos se alinearán el 23 de septiembre de 2017. Todo se alineará en los cielos exactamente como la visión que describe San Juan en Apocalipsis 12, 1.
Según los astrónomos no católicos que han estudiado cómo estás diferentes constelaciones se han movido y se moverán en el futuro, esta será la única vez en la historia que se alinearán de esta manera.
El 20 de noviembre de 2016, Júpiter entró al interior de la constelación de Virgo (la virgen) – cerca del vientre. Uno podría ver esto como una representación simbólica de Jesucristo, el Rey (representado por el planeta rey Júpiter) entrando al vientre de la Santísima Virgen María (representada por Virgo, la virgen). Júpiter hace movimientos adentro de Virgo y finalmente sale de Virgo por completo a las 42 semanas, el 9 de septiembre de 2017. Un embarazo normal de un humano es de 38 a 42 semanas. Por tanto, el intervalo de tiempo de 42 semanas en el que Júpiter estará adentro de Virgo es igual al plazo normal del embarazo y nacimiento de un ser humano.
Alrededor de 2 semanas después, el 23 de septiembre de 2017, tenemos la luna a los pies de Virgo (la virgen) con una corona de 12 estrellas y a Virgo vestida del sol – exactamente como lo describió San Juan en su visión en Apocalipsis 12, 1.
Dios nos ha dado esta clara señal de que ya estamos muy adentrados en los últimos días profetizados en el libro del Apocalipsis.