PABLO HIRART/ USO DE RAZÓN
Algunos empresarios con
clara vocación por la libre empresa y el respeto a las libertades individuales,
comienzan a ver con simpatía a López Obrador para ser el próximo Presidente de
México.
Es preocupante, por
contradictorio y por erróneo.
¿Le han preguntado qué va a
hacer en seguridad?
Dar becas, muy bien. ¿Y qué
hará ante las bandas que tienen armamento de alto poder y enfrentan a nuestras
Fuerzas Armadas porque su negocio es bastante más rentable que una beca de
Prospera?
La semana pasada AMLO acusó
a la Marina de masacrar a menores de edad en Nayarit –lo que fue desmentido–,
luego de que los marinos respondieron por aire a miembros de grupos criminales
que le disparaban desde una azotea a personal suyo en tierra.
A las bandas criminales,
¿las va a combatir con fuerza, o se va a poner de su lado como en Tepic?
¿Un presidente del lado del
H-2 y no de las Fuerzas Armadas?
El empresario que lo
entienda, que lo explique.
Algunos de ellos están
embelesados con López Obrador porque les dice lo que quieren oír.
Pero AMLO cambia de piel según
la ocasión, aunque en esencia es el mismo de siempre.
La noche en que ganó Donald
Trump, López Obrador emitió un mensaje en redes sociales en que afirmaba que no
había de qué preocuparse.
Y este fin de semana en Los
Ángeles comparó a Trump con Hitler.
Entonces, ¿hay o no hay de
qué preocuparse?
Puro oportunismo. Lo mismo
hace con los empresarios.
Algunas de sus promesas de
campaña cuestan un billón 20 mil 400 millones de pesos.
¿De dónde van a salir esos
recursos?
Dice él que del combate a la
corrupción. ¿No nos acordamos de su gobierno en el Distrito Federal?
Puso al DF como la entidad
más corrupta del país.
Del combate a la corrupción
no obtuvo un solo peso para financiar obras. ¿Por qué lo va a hacer ahora?
Endeudó a la capital como
ninguna entidad, y esa deuda tuvo que ser renegociada por la administración de
Ebrard, que contrató a un equipo asesor, al que AMLO siempre ha llamado “la
mafia del poder”.
La delincuencia se disparó
como nunca en el Distrito Federal, con la Policía Judicial coludida con
asaltantes, narcos y secuestradores. ¿Qué Estado de derecho viene a ofrecer
ahora?
Promete respetar la
autonomía del Banco de México. Cambió de opinión porque le conviene. Siempre
había criticado al Banxico.
Lo ha escrito: el país iba
bien hasta 1982.
¿Esos empresarios ya no se
acuerdan de Chipinque? ¿De las expropiaciones?
México ha cambiado desde
entonces, AMLO no sabemos.
Los grupos radicales que lo
apoyan van a cobrar sus cuotas.
¿Qué le va a dar a la CNTE?
Ya lo dijo, le devolverá el control de la educación.
Los que despojan de
mercancías a transportes de compañías trasnacionales, con AMLO presidente se
van a querer quedar con las empresas. No se van a conformar con los Gansitos.
¿Los va a frenar o los va a ‘comprender’?
Si algunos empresarios
piensan que AMLO cambió, que desde la presidencia va a acatar lo que diga el
Banco de México, el Congreso y el Poder Judicial, están equivocados. No acepta
ninguna derrota.
La democracia se ejercerá a
mano alzada, en el Zócalo. O en encuestas telefónicas hechas por él.
0 Comentarios