PABLO HIRIART
Si la marcha
va a ser para unir a México en contra de la hostilidad de Donald Trump,
bienvenida, claro que va a ser de utilidad.
Pero si es
un caballo de Troya para golpear al gobierno en estas circunstancias, será una
marcha que mucho agradecerá Donald Trump pues debilita a Peña Nieto.
Peña no es
México, pero es su Presidente.
Y el
gobierno que él encabeza es el que está negociando con Trump y es sometido a
presiones del otro lado de la frontera para debilitarlo.
Hay muchos
“no” que decir al gobierno de Trump, y para eso requerimos que el presidente
Peña y su equipo cuenten con el respaldo de los mexicanos y llegue fuerte a la
mesa de negociaciones.
Si Claudio
X. González quiere protestar por la corrupción, que organice una marcha contra
políticos y empresarios corruptos.
O si se
quiere marchar contra el gasolinazo, adelante con una manifestación en contra
de la fluctuación del precio del combustible.
Pero la
marcha del domingo debe ser una manifestación en favor de la unidad nacional
para enfrentar las presiones del gobierno de Trump hacia el nuestro, y por sus
agravios en contra de los mexicanos.
Cualquier
pretexto para debilitar a Peña en esta circunstancia, frente a Estados Unidos,
es contrario al interés nacional.
Hay que
exigirle firmeza, como hasta el momento la ha habido.
En los
medios de comunicación estadounidenses (impresos y electrónicos) se destaca lo
razonable y firme de Peña versus lo contradictorio e irracional de Trump.
¿Y acá? Acá
en las redes sociales y los cartonistas de Morena quieren ridiculizar a nuestro
Presidente frente al troglodita del norte.
Una de las
maneras de debilitar a Peña es pedirle imposibles.
Decía una de
las organizadoras de la marcha que lo importante no era quién pagaba el muro,
sino impedir que se construya.
Marchemos
contra el muro, pero no le exijamos a Peña que lo impida porque no es de su
competencia.
Trump está
en todo su derecho de levantar un muro en el territorio de su país. Es una
ridiculez y un acto hostil contra el que se debe protestar en ambos lados de la
frontera, pero no se puede impedir que los estadounidenses lo hagan en su
tierra.
La postura
de Peña Nieto debe ser no pagar el muro. Que ellos paguen sus locuras.
¿O qué le
pediremos al gobierno mexicano con respecto al muro en EU, además de
denunciarlo como un acto inamistoso?
¿Que lo
bombardee y le declare la guerra a Estados Unidos?
Hay muchos
“no” que el gobierno debe decirle a la administración Trump:
No a la
violación de los derechos humanos de nuestros connacionales en Estados Unidos.
No a una
repatriación desordenada de migrantes ilegales.
No a tropas
de Estados Unidos en territorio mexicano para combatir al narcotráfico.
No a una
reapertura del Tratado de Libre Comercio que perjudique a México.
No a la
falta de respeto a nuestro país y a sus autoridades.
Para decirle
todos esos “no” a la potencia más fuerte del planeta se necesita unidad
nacional.
Y a ello
debe contribuir la marcha del domingo, no a torpedear a los nuestros.