Con el triunfo electoral de José Murat en 2016 para que
su hijo Alejandro llegara al poder como Gobernador de Oaxaca, sembró esperanzas
de un mejor porvenir con la intensión de mejorar la calidad de vida para los
oaxaqueños, así nació el “milagro oaxaqueño”.
Sin embargo con el paso del tiempo, los colaboradores han
dejado muy claro que sus intereses se encuentran por encima de la visión de Estado para consolidar los objetivos planteados al inicio del sexenio. Los
funcionarios de primer nivel resultaron ineptos y corruptos.
De esto, la Secretaría del Función Pública ha recibido
constantes denuncias por corrupción, por ejemplo el Folio: 3413/2021, donde
fueron denunciados actos de corrupción en diferentes dependencias estatales.
A pesar de los cambios en el gabinete legal y ampliado
del gobernador Murat no han sido suficientes porque los problemas persisten,
quieren enderezar el barco pero solo son acciones preventivas del hundimiento
anunciado.
Sobresale la omisión, complicidad y complacencia del
encargado de combatir formante la corrupción al interior del Gobierno del
Estado al vigilar a los funcionarios, se trata de José Ángel Díaz Navarro,
quien se ha dedicado negociar y lucrar de los errores, omisiones o acciones
ilegales administrativas de los funcionarios estatales.
Como ejemplo: Cuando Alejandro Murat solicitó la renuncia
a José Luis Clavo Ziga a la Secretaria del Medio Ambiente, Energías y
Desarrollo Sustentable de Oaxaca (SEMADESO) y que no fue por la destrucción del relleno
sanitario mediante la contratación de empresa fantasma sin mediar contrato para
la "OPERACION, MANTENIMIENTO Y MONITOREO DEL RELLENO SANITARIO".
Tampoco por el fraude cometido contra el Gobierno del
Estado, ni los daños ecológicos al medio ambiente de la zona del municipio de
Zaachila, o por haber convertido ese relleno en un tiradero a cielo abierto con
sus consecuencias irreversibles de daños al medio ambiente. Ni mucho menos por
haber puesto en peligro la integridad y seguridad del gobernador Alejandro
Murat en su visita a la zona del relleno sanitario para negociar con los
pobladores.
Actualmente, Calvo Ziga, ex funcionario estatal, camina
libre de culpa por las calles de la ciudad sin preocupación alguna a pesar de la existencia de por lo
menos cuatro denuncias en su contra presentadas por diferentes organizaciones
de la sociedad civil ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF);
Secretaría de la Función Pública (SFP); a nivel estatal en la Secretaria de la
Contraloría y Transparencia Gubernamental (SCTG) y la Fiscalía Especializada en
Combate a la Corrupción por los delitos que se le configuren.
Otros ejemplos de funcionarios de primer nivel que se
pasan por el arco del triunfo las órdenes del Gobernador fueron los secretarios
y subsecretarios de los servicios de salud como Juan Díaz Pimentel, Donato
Casas Escamilla, Juan Carlos Márquez Heine, Francisco Javier Cornejo Roldan,
David Concha y muchos funcionarios cómplices que se han dedicado a destruir y
desmantelar los Servicios de Salud de los oaxaqueños.
La lista es larga de los funcionarios que “apoyan al
gobernador” para fundar las bases de las futuras aspiraciones políticas de
Alejandro Murat Hinojosa pero que se han convertido en criminales de “lesa
humanidad” por los actos de ineptitud y corrupción al interior de sus
dependencias.
Por último, la Secretaria de Seguridad Pública del Estado
de Oaxaca (SSPO) es otra de las instituciones que han sufrido la ineptitud y
corrupción destructora de funcionarios que se han despachado con la cuchara
grande los recursos que llegan a la institución pagando desayunos que los
elementos jamás recibieron, falta de mantenimiento en las patrullas o regalos
del día de las madres que nunca llegaron.
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