Ricardo Alemán.-
Sin duda que todo periodista o medio comprometido con las
libertades y los derechos básicos en democracia –libertad de expresión y
derecho a la información–, debiera repudiar la retención del periodista Jorge
Ramos y la censura que sufrió por la dictadura de Nicolás Maduro.
Y es que el manotazo autoritario de Maduro no sólo
confirma que en Venezuela no existe libertad de expresión y que el dictador es
capaz de los peores métodos para callar voces críticas que denuncian las
atrocidades que se viven en su país.
Sin embargo, las críticas al dictador y la solidaridad
con el periodista mexicano –avecindado en Estados Unidos y empleado de
Univisión–, no debe servir para desviar la atención de lo que pasa en México en
materia de censura y libertad de expresión, a pesar de que Jorge Ramos fue por
años aplaudidor de AMLO.
¿Y qué pasa en México con las libertades y los derechos
básicos?
Una primera aproximación confirma que en el gobierno de
Obrador la salud de la libertad de expresión y el derecho a la información no
están lejos de la censura y la represión que vive Venezuela.
¿Lo dudan?
1.- En México, Jorge Ramos tampoco podría haber
concretado una entrevista como la que canceló Maduro en Venezuela. ¿Por qué?
Porque si bien el presidente mexicano no habría llegado al extremo de Maduro
–de levantarse de la mesa, encerrar al periodista y robarle el material
grabado–, si habría condicionado las preguntas del cuestionario para la
entrevista.
2.- Es decir, todos los que solicitan una entrevista a
Obrador saben –desde hace años–, que no acepta si no están pactadas las
preguntas, los temas y que el entrevistador no se podrá salir del guion. ¿Ramos
acepta esa censura”
3.- Está claro que en México existen medios y periodistas
críticos del gobierno de Obrador, pero también es cierto que cada vez son más
los medios privados a los que somete el poder presidencial, por la vía del
patrocinio o la recomendación.
4.- Los medios públicos en tiempos de AMLO difunden
propaganda y nada más. Y ay de aquel que no acepte, porque lo corren. Por años,
la mesa de debate de Canal 11, titulada Primer Plano, gozó de total libertad en
gobiernos del PRI y del PAN. Incluso sus panelistas son abiertos lopistas. Hoy
recibieron presiones de ser despedidos porque les exigen aplauso total a AMLO.
5.- Existen casos –somos testigos y víctimas de uno de
ello–, de periodistas críticos de AMLO vetados de empresas mediáticas –prensa
radio y TV–, por instrucción del gobierno de Obrador.
6.- En diciembre pasado, cuando el gobierno federal procesaba
el presupuesto 2019, la casa presidencial difundió un manual de censura para
“sacar de la narrativa informativa” temas como el NAIM, el Tren Maya y otros
que ridiculizaban al gobierno de AMLO.
7.- Por orden presidencial empresas privadas –de televisión,
prensa y radio–, contrataron a periodistas aplaudidores de su causa.
Pero la joya de la corona es la censura selectiva para
acreditar reportero a las “mañaneras presidenciales”.
Justamente ayer, el vocero presidencial, Jesús Ramírez,
difundió los lineamientos para tal acreditación. Son de risa loca.
Entre otras cosas exigen lo siguiente: a) Breve historia
del medio en un espacio máximo de una cuartilla. b) Certificación de audiencia
y/o circulación. c) Exposición de motivos para cubrir las actividades del
presidente de los Estados Unidos Mexicanos en hoja membretada, firmada por la
Dirección del medio. d) Semblanza curricular de las personas fundadoras del
medio. Resumen breve de la trayectoria en un espacio máximo de una cuartilla.
e) Semblanza curricular de la persona a cargo de la
Dirección General del medio. Resumen breve de su trayectoria en un espacio
máximo de una cuartilla. f) La semblanza curricular de la persona que desea
acreditarse. Resumen breve de la trayectoria profesional de quien se acredita
en un espacio máximo de una cuartilla. g) Identificación oficial vigente,
escaneada a color.
¿Qué significa lo anterior?
Que el gobierno del presidente Obrador se reserva el derecho
de permitir o negar el ingreso a las mañaneras presidenciales. En otras
palabras, que no tendrán lugar los medios y periodistas incómodos. ¿Es o no
censura?
Todo ello, sin tomar en cuenta que a los periodistas que
actualmente asisten a las mañaneras les “sugieren” brevedad y puntualidad en
sus preguntas. Es decir, no interpelar al presidente.
Como queda claro, en México no estamos lejos de una
censura al estilo venezolano.
Al tiempo.