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FOTO: INTERNET |
Francisco Rodríguez/ Indice Político
Diodoro
Carrasco Palacios, el de a deveras, líder agrario priísta –con todo lo que e$to
representa–, sempiterno dirigente de los valles de Cuicatlán, en Tehuacan,
Puebla, fue un hombre de singular talento empírico, de visión prospectiva, de
gran alcance para promover los negocios familiares, el apoyo de las masas
indígenas y desheredados de su tierra a sus propias ambiciones.
Diodoro,
papá de Diodoro Carrasco Altamirano, prócer del chambismo oportunista, creó a
su junior en esa tradición familiar de señores de vidas, tierras, haciendas y
de los bolsillos ajenos, pero éste agregó una cualidad nueva: es un junior con
recursos pantagruélicos y con un padrino político ajeno a la parentela del
cacicazgo de cinco décadas, ejercido con todas las palancas por su simpático
padre.
Diodoro
Carrasco Palacios, el original, tuvo el olfato suficiente para ventear al
padrino de bautizo adecuado para Diodorito junior: seleccionó al caballeroso
Fernando Gutiérrez Barrios, entonces director inclemente de la policía política
del régimen –la temible y poderosa DFS– para echarle en la cabeza las aguas
bautismales a su hijín.
El
padrinazgo de don Fernando Gutiérrez Barrios
Gutiérrez
Barrios empujó con singular empeño la carrera del tal Diodorito, buscando
siempre los peldaños, los trapecios necesarios para columpiar a un grisáceo
político que llenó de vergüenza a su propio partido político, cuando después de
ser ungido por el felón Zedillo como secretario de Gobernación, cambió de
chaqueta para avergonzar al más pintado.
En su
loca carrera tras el estrellato, Diodorito no respetó regla alguna: siempre
actuó como un ambicioso irresponsable. Utilizó la gubernatura de Oaxaca para
crear una dinastía huehuenche que le reportó enormes beneficios, siempre
afianzado al socaire por el nombre emblemático de su padre.
A su
vera y protección creció su secretario particular, un atildado oaxaqueño sin
atributos propios, sin idea ni brújula de Estado, con las palancas de Diodorito
Carrasco Altamirano a la mano para lo que cualquiera gustara mandar. Se llama
Gabino Cue, un obsequioso y agachado bueno para casi nada, excepto para el
latrocinio y el derroche.
La dupla
Ulises-Murat derrotó a Diodorito y a Cue
Al
nefando Diodorito se le ocurrió promover al secretario particular como candidato
del PRI a gobernador de Oaxaca, pues como usted sabe, habían quedado varios
entrambuliques y bitoques pendientes de desahogar en ese sufrido pueblo de gran
tradición histórica, mole amarillo, tasajo , mujeres hermosas, quesillo y
tlayudas.
Pero no
contó con la voracidad y astucia de José Nelson Murat Casab y de Ulises
Ramírez, tradicionales ratones de urnas del PRI y orejas del mejor postor, que
crearon movimientos contestatarios a modo para frenar las ambiciones de la
dupla Diodorito – Gabino Cue, los que fueron derrotados en toda la línea,
dentro de una armada consulta popular, a la usanza.
Y
crearon una pandilla de delincuentes empresariales y políticos
Una vez
sentados de nuevo en el trono de la desastrada Antequera, Murat y Ulises
Ramírez hicieron a placer de las suyas. Manipulando el hambre y la
desesperación del magisterio local, agrupado en la CNTE, y de la combativa
APPO; lograron fortalecer banderas desquiciantes para un sistema que confiaba
en la obediencia y la sumisión incondicional. Murat y Ulises duraron poco
amafiados, lo suficiente para arrasar con Oaxaca. Pero ellos, fieles a su ADN
acabaron traicionándose.
Crearon
una pandilla de delincuentes empresariales y políticos, digna de mejor causa.
Ensangrentaron al estado, y Diodorito y Gabino creyeron oír campanas que los
convocaban a pelear su reivindicación política, y decidieron que debían atacar
al sistema que les había dado tooodo, desde posiciones opuestas al PRI y a su
formación.
Las
fantasías, ingenierías políticas de escritorio y ocurrencias que construyó en
vida Manuel Camacho Solís, un resentido del salinismo-cordovismo-zedillismo,
atiborraron las cabecitas de la dupla Diodorito- Gabino Cue, y los hicieron
creer que por la vía de la alianza de partidos de oposición podrían vengarse de
las derrotas oaxaqueñas, para hacer que su chicharrón tronara.
Cue
jamás se percató de que los negocios eran de Diodorito y Murat
Y
Gabino Cue se sentó en el sufrido y maltrecho sillón de mando de Oaxaca, sin
darse cuenta de que en realidad gobernaba para una clase política y empresarial
con las raíces enterradas en los usos y compromisos con Murat y Ulises Ramírez,
almorranas suficientemente peñasqueadas en eso del entrambulique y las manos de
gato para sacar las castañas.
Jamás se
dio cuenta de que los negocios y triquiñuelas a su favor, eran propiedad de los
otros. Hasta que le reventó en las narices un cuete marca caguama, que hasta la
fecha lo trae como alma en pena, pues la mano de la justicia pende sobre su
cabeza, como una singular espada de Damocles, inclemente con los ingenuos y
porfiados. Gabino no está exonerado, de ninguna manera.
Gabino
se encuentra en la antesala del patíbulo político. Murat ha podido brincar la
vara con el apoyo de los cómplices presidenciales Javier Duarte, quien lo ungió
como su cerebro empresarial y estratega político en Xalapa , y El Clavillazo
Ochoa Reza, quien perdiendo toda proporción y decoro, lo puso al frente de la
Fundación que lleva el nombre de su victimado Luis Donaldo Colosio.¡Hágame
usted el refabrón cavor!
Emerge
la pandilla de El Chuky Franco, heredera de los “bisnes”
El caso
es que la demencial y avorazada corrupción que ahoga todo intento oaxaqueño
para atender cualquier apuro, está capitaneada por gentuza que padrotean los
linajes políticos de esa tierra del Benemérito. Oaxaca, dicen, aguanta eso y
mucho más. Ninguno de ellos se tienta el corazón cuando de asestarle puñaladas
se trata. Para eso nacieron.
Jorge
Franco es producto de esa claque de bandoleros oaxaqueños, afianzada por Gabino
Cue y la ambición ilusa de Diodorito, alguien que siempre ha creído que cuesta
muchísimo más de lo que en realidad vale, con una importancia personal que
jamás la tuvo ni su padre, siempre atento a capitalizar cualquier necesidad
ingente de sus sometidos representados.
Franco
es actualmente el flamante subsecretario de planeación y programación del
monigote Fabián Herrera Villagómez, un auténtico traficante de influencias,
negociante de lo ajeno y ratero inmisericorde, con la ayuda de su socio y
contlapache Jorge Franco es apodado El Chuky, usted se ha de imaginar por qué.
Castañeda
Molina, hoy en Morelos, dio 50 millones a los “cuates”
Entre
los dos, y gracias a sus manipulaciones, el pasado 5 de enero lograron que
Héctor Castañeda Molina, el corrupto y nefasto delegado de la SCT en Oaxaca
–hoy habilitado para acabar de romperle la madre a los presupuestos públicos de
la SCT Morelos en la misma posición de privilegio, otorgara un paquete de 9
obras en la costa oaxaqueña, con un monto de 48 millones 424 mil 978 pesos
pesos, y que este fuese adjudicado “casualmente” al consorcio formado por las
empresas constructoras: Servicio De Terracerias, Asfaltos y Construccion S.A.
de C.V., de Antonio Vargas; Aracena Construcciones S.A. de C.V., de Jorge
Aroche, y Estudios Proyectos Y Dibujos S.A. de C.V., de Víctor Palacios.
La
parvada de buitres insaciables que siguen asolando al Estado de Oaxaca,
autorizados por Ruiz Esparza y Peña Nieto, regalaron, previo fatídico moche,
las 9 obras más costosas e inútiles de la costa oaxaqueña, a los que nos
referíamos ayer en esta columna, tantas veces vituperada y amenazada por los
grandes enemigos de la Nación.
¿Y sabe usted a quienes se las
obsequiaron? Atinó: a las empresas fantasmas y depredadoras de su propiedad. Un
presupuesto inicial, salvo costos inflados al infinito, de casi 50 mil millones
de pesos, fue concedido ad libitum a Jorge Aroche, padre de Alejandro Aroche,
subsecretario de Planeación y Programación de la Secretaría de Infraestructura
oaxaqueña , a Antonio Vargas, de la misma banda, a Víctor Palacios,
descendiente de Diodoro, el usado padre de Diodorito.
Jorge
Franco es el jefe de los terroristas que han sembrado bombas
Obras
con recursos ya asignados por el Fondo Nacional de Desastres, para carreteras
funcionales que, en la mísera realidad, adolecen de todos los socavones,
causantes de accidentes mortales sin límite, haciendo caso omiso de las
reclamaciones y quejas de las comunidades indígenas insultadas.
Desde
luego, las empresas fantasmales del orondo delegado profesional de la SCT,
Héctor Armando Castañeda Molina, gozan de todos los privilegios mal habidos, no
obstante ser parte de la terrífica banda de delincuentes gubernamentales que
armó a los paramilitares que asesinaron a miembros de la APPO, antes tan
billeteada por ellos mismos.
Jorge
Franco es el mismo que entregó a Gabino Cue la información de las casillas
zapato, con las que fue derrotado Ulises Ramírez y su candidato a gobernador,
Eviel Pérez Magaña. Jorge Franco es el jefe de los terroristas que han sembrado
de bombas y desconcierto a los habitantes de la Vieja Antequera. Planean
cotidianamente los golpes asesinos que acrecientan su poder de negociación,
todo consentido por el desdichado Gabino Cue.
Y el
gobernador Alejandro Murat no tiene de otra que apechugar
Un
verdadero chile huevillo sobre las tlayudas oaxaqueñas es este grupo de
descastados e impunes asaltantes de los presupuestos a mano armada, y en
páramos indefensos. Y el gobernador Alejandro Murat no tiene de otra que
apechugar: es el precio del poder y de su dinero, absolutamente invertido en
inmuebles neoyorquinos.
¿Usted qué haría?, pregunta desde
Los Pinos el alcahuete de los bandoleros y terroristas oaxaqueños, beneficiario
absoluto de la corrupción.
Índice
Flamígero: Este sábado 29 de julio, en punto de las 5:00 pm, por adn40,
entérese paso a paso de ¿cómo en 1994 llegó el país a un punto tan crítico?
¿Pudo evitarse? En sólo 9 meses, México enfrentó una serie de eventos políticos
y financieros que ningún estratega podía haber previsto juntos en ningún
escenario, pero causaron el deterioro de la economía hasta dejarla al borde de
la debacle. Las reservas internacionales consumiéndose, atadas al tipo de
cambio y a una deuda explosivamente creciente y dolarizada. Reunión secreta.
Los presidentes en ejercicio y electo calculaban estrategias, costos políticos
y consecuencias económicas. ¿Llegaron a algún acuerdo? ¿Pudo ser mejor? ¿O
peor? ¿Cometió errores graves el nuevo gobierno de Ernesto Zedillo con sus cambios
en la conducción de una política económica que había sobrevivido a los sucesos
complejos de ese año? ¿Cuál fue la gota que derramó el vaso? No se pierda La
trilogía El Error: Ficción Miedo Dabacle, producida por Azteca Documentales,
cuya productora general es Adriana Delgado. + + + Y el domingo 30, a las 21:00
horas, a través de youtube.com/liliaarellano, se transmitirá en Reporte 10 una
sabrosa y aleccionadora plática con el colega Gabriel Bauducco precisamente
sobre estos tres nuevos documentales de TV Azteca. En la charla participamos
Lilia Arellano, Abelardo Martín y este escribidor.
www.indicepolitico.com
/ pacorodriguez@journalist.com / @pacorodriguez