Por: Luis Alonso Pérez/NarcoData
(@luisperezprensa)
Durante los últimos 10 años las agencias antinarcóticos
estadounidenses han sido testigos de una epidemia de consumo de heroína, que no
solo triplicó el número de adictos a la droga y provocó más de 40 mil muertes
por sobredosis a nivel nacional, también incrementó las ganancias de los
cárteles de la droga mexicanos.
La epidemia es el resultado de diversos factores como el alto
número de adictos a los fármacos controlados, y las alianzas entre pandillas
carcelarias que controlan la distribución nacional de los narcóticos. Pero
existe un factor determinante para su crecimiento y a la vez muy sencillo: el
cambio de color de la heroína.
Tradicionalmente, la heroína producida en México ha sido
color café oscuro, de ahí recibió su apodo “chapopote mexicano”, y era
consumida principalmente en las ciudades de la costa oeste de Estados Unidos.
En cambio, los consumidores de la costa este prefieren la “china blanca”, una
variedad de heroína blanca en polvo, popularizada por los traficantes chinos a
principios del siglo pasado.
Obedeciendo la regla básica de la demanda y la oferta, los
cárteles mexicanos han cambiado sus métodos de procesamiento del opio,
introduciéndose a un mercado creciente, generando una amenaza para la salud y
la seguridad pública que “se extiende a un ritmo sin precedentes”, de acuerdo
con los reportes de inteligencia de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos
(DEA).
Alianzas criminales
Era la 1 de la tarde del 26 de agosto de 2014 cuando Gary
Pentis, asistente del sheriff del Condado de Ventura, California, anunciaba
ante miembros de la prensa el resultado de una investigación a una red de
narcotraficantes que operaban desde penitenciarías del Estado, en alianza con
el Cartel de Sinaloa.
Por un año los agentes policiales investigaron las actividades
de extorsión, venta y tráfico de drogas, de integrantes de la Mafia Mexicana,
una de las pandillas carcelarias más grandes y antiguas de Estados Unidos, así
como de miembros la pandilla centroamericana Mara Salvatrucha.
El resultado fue la detención de siete pandilleros, y el
aseguramiento de 3.37 millones de dólares en efectivo, 35 armas, 31 kilos de
metanfetaminas, 23 kilos de cocaína, y 1.3 kilos de heroína negra. Pero el
mayor logro para el Departamento del Sheriff de Ventura fue el decomiso de 12.7
kilos de heroína blanca.
“La llaman china blanca, pero no proviene de China” aclaró
Pentis. La droga provenía de México y había sido suministrada por el Cartel de
Sinaloa, uno de los principales proveedores de narcóticos de ambas pandillas.
El Asistente del Sheriff explicó que la calidad de la droga
era tan alta que alcanzaba un 98 por ciento de pureza, por lo que se calculaba
que su valor en el mercado sobrepasaba los 5 millones de dólares.
La heroína blanca había sido descubierta en el interior del
respaldo de un vehículo, empaquetada en 28 ladrillos plateados de
aproximadamente 20 centímetros de largo por 10 de ancho. Un cargamento compacto
pero con un valor de más de 100 millones de pesos.
Pentis explicó que el Condado de Ventura, ubicado al norte de
Los Angeles, había sido el centro de operación de la red criminal. Ahí se
recibían los cargamentos de droga provenientes de México, que después serían
transportados hacia otros estados de la unión americana como Texas, Mississippi
y Nueva York.
Las negociaciones eran orquestadas por miembros de las
pandillas encarcelados en distintas penitenciarías de California. Sin embargo,
las decisiones finales eran tomadas por los líderes de la Mafia Mexicana y la
Mara Salvatrucha recluidos en la prisión de máxima seguridad de Pelican Bay.
Cárteles mexicanos: “los vendedores más prominentes”
La investigación de la Oficina del Sheriff de Ventura deja al
descubierto una tendencia creciente en el tráfico de drogas en los Estados
Unidos: los cárteles mexicanos están expandiendo sus operaciones y ganando
terreno en los mercados de la heroína en el este del País.
De acuerdo con la Evaluación Nacional de los Riesgos de la
Heroína (ENRH) de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), “las
organizaciones mexicanas son los vendedores al mayoreo más prominentes en las
áreas de responsabilidad de la DEA en Chicago, Nueva Jersey, Filadelfia y
Washington. Además, han incrementado su presencia en la ciudad de Nueva York.”
Durante la primera mitad de la década de 1990 los cárteles
colombianos dominaban el tráfico de heroína hacia Estados Unidos. Actualmente
han sido desplazado los traficantes mexicanos, ya que cuentan con una mayor
infraestructura de transporte y distribución de droga, lo que “les permite
suministrar de manera confiable a los distintos mercados de los Estados
Unidos”, según la ENRH.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Decomisos de Estados
Unidos, la mayoría de la droga decomisada en los noventas y principios de la
década del 2000 era transportada en rutas aéreas comerciales desde América del
Sur. A partir de 2008, los decomisos comenzaron a virar hacia la frontera
suroeste de los Estados Unidos y era transportada vía terrestre por traficantes
mexicanos.
Cada vez más heroína está ingresando a través de la frontera
suroeste de Estados Unidos, particularmente por el Estado de California, reveló
la Evaluación de Riesgos de la DEA. “Consecuentemente, ha incrementado el rol
de los estados del oeste como áreas de tránsito de heroína.”
Los datos de la DEA coinciden con los de la oficina de
Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En 2015 cerca de la mitad de las
incautaciones realizadas por CBP a nivel nacional (2.12 toneladas) fueron
realizadas en el corredor fronterizo de San Diego, California (1.04 toneladas).
Los decomisos en este sector se cuadriplicaron desde 2010,
mientras que los corredores de Tucson, Arizona y el Valle de Río Grande, Texas,
también registraron incrementos significativos.
El reporte de inteligencia sobre el consumo de heroína de la
DEA también señala que las organizaciones mexicanas están trasladando sus
centros de operación de los grandes centros urbanos a las áreas suburbanas o
rurales, “donde les resulta más fácil ocultar sus actividades”. Lo anterior
explica por qué el Cartel de Sinaloa estableció su base en el Condado de
Ventura y no en Los Angeles.
Los orígenes de la epidemia
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos (CDC), una de las causas de la actual epidemia
de adicción a la heroína es el incremento en el abuso de analgésicos derivados
del opio registrado desde 1999.
“Aproximadamente tres de cada cuatro nuevos usuarios de
heroína han reportado haber abusado de opioides antes de usar heroína. El
aumento en la oferta, el precio más barato, y el incremento en la pureza de la
heroína en Estados Unidos han sido identificados como posibles causas del
aumento en el uso de heroína.”
De 2007 a 2014 más de 40 mil estadounidenses murieron por
sobredosis de heroína. Tan solo en 2014 murieron 10 mil 574, más del triple que
en 2010.
La Evaluación Nacional de los Riesgos de la Droga de 2016
(ENRD) de la DEA revela que los traficantes de heroína aumentaron su clientela
al ingresar al mercado de los adictos a los opioides.
“Para los adictos a los opioides la transición hacia la
heroína blanca es más natural, ya que muchos muelen las tabletas,
convirtiéndolas en un polvo blanco que inhalan o diluyen y se inyectan.”
El reporte señala que hoy en día el consumo más común de la
heroína es inhalado. “Cuando la heroína tiene un mayor nivel de pureza puede
ser inhalado o fumado, volviéndola más atractiva para los nuevos usuarios.
También resulta atractivo a un sector más amplio de consumidores de drogas, en
gran medida porque elimina el estigma asociado con el uso de jeringas.”
Para los cárteles el trafico de heroína tiene una ventaja
mercantil: bajo volumen y alto costo. Al ser una droga muy compacta puede ser
transportada en vehículos particulares o escondidas en equipaje, mientras que
los paquetes más pequeños puede ser adheridos al cuerpo o introducidos en las
cavidades corporales.
Los registros del Sistema Nacional de Decomisos (NSS)
muestran que a nivel nacional los decomisos de heroína aumentaron en un 80 por
ciento en cinco años, de 3.73 toneladas en 2011 a 6.72 toneladas en 2015.
También indican que el tamaño de los cargamentos decomisados
por las agencias policiales en los últimos dos años han ido en aumento. En 2014
el 79 por ciento del total de la heroína decomisada era producida en México.
El cambio de color
Históricamente las ciudades de la costa este de Estados
Unidos han sido el mercado más grande y lucrativo para la heroína. La variedad
de preferencia ha sido, y sigue siendo, la llamada china blanca.
Los traficantes chinos popularizaron este narcótico a
principios del siglo pasado. La droga era producida en países del sureste de
Asia como Myanmar, Tailandia y Laos, una región conocida como el Triangulo
Dorado.
En cambio, los usuarios del oeste de Estados Unidos
acostumbran consumir la heroína café oscuro apodada “chapopote mexicano”, por
su color y país de origen. Por lo general los usuarios de heroína prefieren una
variedad específica y son renuentes a cambiar.
Estas tendencias de consumo han sido estudiadas durante las
últimas tres décadas por el Programa de Monitoreo Doméstico de Heroína (HDMP)
de la DEA. La Agencia también ha indagado el país de origen de la droga, y de
acuerdo con sus expedientes, los países del sureste de Asia producían la mayor
cantidad de heroína introducida a Estados Unidos durante la primera mitad de
los años noventa.
En 1995 los países sudamericanos, en particular Colombia, se
convirtió en el principal productor de heroína consumida en Estados Unidos, y
mantuvo su hegemonía por casi dos décadas. Los colombianos copiaron a los
asiáticos sus métodos tradicionales de procesamiento del opio, produciendo la
variedad color blanca y en polvo tan demanda al este de la unión americana.
A partir de 2013 los cárteles mexicanos desbancaron a los
colombianos y se convirtieron en los productores y proveedores más importantes
de heroína blanca de Estados Unidos.
Esta heroína contiene una mezcla de amapolas mexicanas y
colombianas, y es procesada utilizando los métodos de preparación utilizados
tradicionalmente en países del sureste de Asia. La nueva categorización
otorgada por la DEA a este narcótico es “MEX-SA” (México – Sudamérica).
Actualmente ni la heroína colombiana ni la asiática pueden
competir con la mexicana en términos de costo y pureza. Un kilogramo de heroína
asiática puede costar entre 5 y 10 mil dólares más que la mexicana. Esta última
puede alcanzar un grado de pureza de hasta 74 por ciento, más del doble que la
oriental.
La oficina de San Diego de la DEA típicamente incautaba
heroína negra y café de origen mexicano, sin embargo las investigaciones
relacionadas al tráfico de heroína blanca han ido en aumento. Esta droga es
vendida al menudeo como “china blanca”, aunque no provenga de China.
Esto no quiere decir que los cárteles mexicanos hayan
descuidado su mercado de “chapopote”, todo lo contrario. Decomisos recientes de
la DEA indican que ha incrementado la presencia de la heroína negra en el este
de Estados Unidos, y que desde la década pasada su mercado está extendiéndose
más allá de las grandes ciudades, y ampliándose hacia las zonas suburbanas y
rurales.
La suma de todos estos factores ha encendido los focos rojos
de las agencias de salud y seguridad pública de Estados Unidos, como la DEA. Su
advertencia es clara y contundente: “la amenaza de la heroína se extiende a un
ritmo sin precedentes”.